La firma alemana con sede en Ingolstadt parece haber tomado ya una decisión, que no es en absoluto buena para los intereses de los empleados de la planta de Bruselas. Tras muchas especulaciones sobre el futuro de estas instalaciones durante los últimos meses, aunque no es todavía oficial, la decisión final parece estar ya tomada.
Audi quiere deshacerse de la planta belga, ya que no cree que pueda tener ninguna utilidad para la compañía en el futuro. De este modo, la única alternativa pasa por encontrar un inversor que se haga con ella.
Recordemos que Audi produce actualmente en la planta de Bruselas el Q8 e-tron. Un modelo que no está siendo tan popular como la compañía esperaba. Pero, por si eso fuera poco, la compañía ya ha decidido trasladar la producción de la próxima generación del Q8 e-tron a México, donde los costes laborales son claramente inferiores.
Audi se está quedando sin alternativas
Según explican algunas fuentes dentro de la propia compañía, durante los últimos meses Audi ha estado explorando múltiples opciones para el futuro de la planta, lo que le ha llevado a celebrar varias reuniones con los empleados. Sin embargo, finalmente la única alternativa viable para Audi ha sido la de deshacerse de esta planta. Y es por este motivo que la compañía se encuentra buscando un inversor.
«Ahora estamos enfocados en el grupo de trabajo conjunto y en la búsqueda de posibles inversores, siempre en un diálogo abierto y constructivo con los socios sociales».
La búsqueda de un inversor no sorprende a nadie. A principios de mes, Audi ya había confirmado que no trasladaría nuevos modelos a la planta belga. Además, ninguna otra marca del Grupo Volkswagen planea tampoco utilizar estas instalaciones, por lo que se descarta la posibilidad de que fuese Volkswagen o Cupra las que formen parte de una posible solución.
Por su parte, Volkswagen, no tienen ningún interés en producir un modelo eléctrico en la planta de Bruselas, y más aún teniendo en cuenta que recientemente la compañía no descartó el posible cierre de algunas de sus propias plantas en Alemania. Y lo mismo parece ocurrir con Cupra/Seat o Skoda.
Esto deja a la planta y a sus empleados esperando a un inversor externo que tome el control de la situación. En agosto, el sindicato mayoritario mencionó el interés de un inversor, que se haría con la planta manteniendo a buena parte de los empleados. Sin embargo este inversor no parece tener interés alguno en pasar a ser el propietario de toda la línea de ensamblaje. También se especuló estas últimas semanas con la posibilidad de que Volkswagen podría emplear a algunos trabajadores para iniciar la producción de baterías para otras plantas del Grupo, pero esta idea finalmente parece haber sido descartada también.