Ante la llegada del invierno, China ha aumentado la producción e importación de carbón a niveles récord para garantizar la fiabilidad del suministro eléctrico. Aunque la generación hidroeléctrica y solar se incrementaron durante el verano, la dependencia del carbón sigue siendo crucial, especialmente en invierno cuando estas fuentes de energía disminuyen. La medida busca evitar una repetición de las crisis energéticas que afectaron al país en 2021 y asegurar que las plantas térmicas tengan suficientes reservas para operar a plena capacidad en los meses más fríos del año.
Producción de carbón en niveles récord
China ha intensificado su producción de carbón en respuesta a la inminente demanda energética del invierno, alcanzando un récord estacional de 390 millones de toneladas en julio de 2024. Esta cifra supera los 378 millones de toneladas producidas en el mismo mes del año anterior y los 373 millones en 2022.
A pesar de un inicio de año lento, las minas nacionales han acelerado su producción durante el verano para compensar este déficit, reduciendo la brecha de producción anual acumulada de 54 millones de toneladas en mayo a solo 15 millones en julio. Regiones clave como Mongolia Interior, Shaanxi y Xinjiang han liderado este impulso, estableciendo récords de producción estacional, mientras que Shanxi ha mantenido una producción estable, ajustando su output para optimizar la capacidad y priorizar las minas más avanzadas tecnológicamente, según informa la agencia estatal Xinhua.
A la par del aumento en la producción doméstica, las importaciones de carbón también han alcanzado máximos históricos. En los primeros siete meses de 2024, China importó 296 millones de toneladas de carbón, un aumento significativo en comparación con las 261 millones de toneladas importadas en 2023 y las 139 millones en 2022.
Estas importaciones no solo han servido para compensar la menor producción en Shanxi, sino que también han sido esenciales para abastecer a regiones del sur como Guangdong, donde es más rentable transportar carbón por mar que por las largas rutas ferroviarias desde el norte del país. Este enfoque dual de aumentar tanto la producción interna como las importaciones subraya la importancia crítica del carbón en la matriz energética de China, especialmente en un momento en que se prepara para enfrentar la alta demanda invernal.
Desafíos de la doble demanda estacional
El sistema eléctrico de China enfrenta un fenómeno conocido como «doble pico» de demanda, con máximos de consumo tanto en verano como en invierno. Durante el verano, la demanda es impulsada principalmente por el uso masivo de aire acondicionado y refrigeración, que representa hasta el 40% de la carga máxima en algunas provincias.
Sin embargo, este periodo coincide con el monzón de Asia Oriental, lo que permite maximizar la generación hidroeléctrica y aliviar parte de la presión sobre la red. En julio de 2024, la producción récord de energía hidroeléctrica y solar permitió reducir la generación térmica, principalmente a partir de carbón, en 25 mil millones de kilovatios-hora en comparación con el año anterior, marcando el primer descenso estacional en al menos una década.
Sin embargo, la situación cambia drásticamente en invierno, cuando la demanda se desplaza hacia la calefacción y la iluminación. Durante estos meses, la generación hidroeléctrica disminuye significativamente debido a la estación seca, con una caída típica de alrededor del 50% en comparación con el verano. La generación solar también se reduce debido a las menores horas de luz, especialmente en las llanuras del norte de China, donde se ubica la mayoría de los parques solares.
Esto significa que el sistema eléctrico del país depende mucho más del carbón durante el pico invernal, con las plantas de carbón proporcionando hasta el 75% de la electricidad entre diciembre y febrero, en contraste con menos del 70% durante el verano. Este patrón estacional se espera que se amplíe aún más en los próximos años, a medida que China continúa desplegando nuevos parques solares.
Estrategias para asegurar el suministro eléctrico
Con la llegada del invierno y la reducción de la producción de energía renovable, China ha adoptado una estrategia de acumulación de reservas de carbón durante las estaciones intermedias, como primavera y otoño, para garantizar un suministro eléctrico fiable durante los meses más fríos.
Esta acumulación es esencial para evitar las interrupciones en el suministro que afectaron al país en el otoño e invierno de 2021, cuando la escasez de carbón provocó apagones generalizados y una crisis energética que repercutió en la economía. Las plantas térmicas, que dependen en gran medida del carbón durante el invierno, deben estar preparadas para operar a plena capacidad, y tener suficientes reservas de combustible es crucial para mantener la estabilidad de la red eléctrica.
A pesar de los esfuerzos de China por diversificar su matriz energética mediante la expansión de la energía solar y eólica, la realidad es que el carbón sigue siendo la columna vertebral del sistema eléctrico, especialmente durante el invierno. La dependencia continua del carbón plantea desafíos significativos para los objetivos climáticos de China, que se ha comprometido a alcanzar la neutralidad de carbono para 2060.
Sin embargo, las necesidades inmediatas de seguridad energética y la realidad de la demanda estacional han llevado al gobierno a priorizar el aseguramiento de los suministros de carbón a corto plazo. Este enfoque dual—fomentar las energías renovables mientras se garantiza la disponibilidad de carbón—refleja el delicado equilibrio que China debe mantener entre avanzar hacia un futuro más limpio y garantizar la estabilidad energética en el presente.
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