Un nuevo estudio publicado por el Instituto de Investigación sobre el Impacto Climático de Potsdam ha revelado que solo el 4% de las 1,500 políticas climáticas implementadas a nivel mundial en las últimas dos décadas han logrado reducir significativamente las emisiones de gases de efecto invernadero. Las políticas más efectivas son aquellas que combinan múltiples estrategias en lugar de depender de un enfoque único. A medida que se acerca el plazo de 2030 para cumplir con los objetivos del Acuerdo de París, los investigadores advierten que se necesita una mayor voluntad política y diseños de políticas más robustos para cerrar la brecha de emisiones.
Políticas climáticas y su limitada eficacia
El estudio, liderado por el Instituto de Investigación sobre el Impacto Climático de Potsdam, evaluó la eficacia de 1,500 políticas climáticas implementadas en 41 países entre 1998 y 2022. Los resultados fueron mixtos: mientras que algunas políticas lograron reducciones significativas en las emisiones, la mayoría fracasó en hacer una diferencia sustancial.
Solo 63 de estas políticas, que representan alrededor del 4% del total, fueron responsables de una disminución de hasta 1,8 mil millones de toneladas métricas de carbono, una cifra que palidece frente a las 23 mil millones de toneladas que deben reducirse para 2030 según los objetivos del Acuerdo de París. Esta cifra subraya la brecha entre las promesas políticas y los resultados concretos en la lucha contra el cambio climático.
Las políticas que lograron mayores reducciones de emisiones fueron aquellas que utilizaron un enfoque combinado, integrando medidas como impuestos al carbono, reformas a los subsidios a los combustibles fósiles, y subsidios a las energías renovables. En contraste, las políticas que se implementaron de forma aislada tuvieron un impacto mucho menor.
Este hallazgo sugiere que la clave para reducir las emisiones de manera efectiva no reside en una solución única, sino en la implementación simultánea de diversas estrategias que puedan complementarse mutuamente. Según Jonas Meckling, profesor asociado de la Universidad de California en Berkeley y coautor del estudio, «no existe una bala de plata para la mitigación del cambio climático», lo que enfatiza la necesidad de un enfoque más holístico y multifacético.
Lecciones y desafíos para el futuro
El análisis también destaca importantes lecciones para los responsables de la formulación de políticas a nivel global. Una de las conclusiones clave del estudio es que los países pueden aprender unos de otros al replicar las prácticas que han demostrado ser efectivas. Según Nicolas Koch, coautor del estudio, si cada nación implementara una de las mejores prácticas identificadas, se podría cerrar hasta el 41% de la brecha de emisiones para 2030.
Esto revela que existen oportunidades significativas para avanzar en la lucha contra el cambio climático, pero también pone de relieve la falta de voluntad política en muchos países para diseñar e implementar políticas más robustas y ambiciosas.
Sin embargo, el estudio también presenta limitaciones importantes. La investigación no incluyó sectores clave como la agricultura y el cambio de uso de la tierra, debido a la falta de datos confiables, lo que significa que las reducciones de emisiones en estas áreas no se reflejan en los resultados.
Además, cientos de países, particularmente en África, América Latina y el Caribe, quedaron fuera del análisis, lo que podría sesgar las conclusiones hacia los países más desarrollados. Esta omisión subraya la necesidad de una mejor recopilación de datos y una mayor inclusión de economías en transición para obtener una visión más completa del impacto global de las políticas climáticas.
El estudio también se centró en los efectos a corto plazo dentro de los países donde se implementaron las políticas, lo que deja fuera el impacto a largo plazo y los efectos transnacionales que son cruciales en la mitigación del cambio climático. Según Jessika Trancik, profesora del Instituto Tecnológico de Massachusetts, «en la mitigación del cambio climático, nos importa el efecto a escala global y reducir las emisiones a cero sin importar dónde comiencen las reducciones», lo que indica que el verdadero éxito de una política climática puede no ser evidente de inmediato.
Para cerrar la brecha de emisiones y alcanzar los objetivos del Acuerdo de París, será esencial no solo diseñar políticas más efectivas, sino también aprender de las experiencias exitosas y adaptar esas estrategias a diferentes contextos nacionales y regionales. Con menos de una década para actuar, la comunidad internacional debe redoblar esfuerzos para crear un marco de políticas climáticas que sean no solo ambiciosas, sino también integrales y bien coordinadas.
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