Un incendio en un Mercedes-Benz eléctrico en Corea del Sur ha despertado temores sobre la seguridad de los vehículos eléctricos (E.V.). El incendio, ocurrido en un aparcamiento subterráneo en Incheon, dañó casi 900 coches y dejó a 23 personas con inhalación de humo. Aunque los incendios en E.V. son menos frecuentes que en vehículos de gasolina, la intensidad de las llamas y la escala del desastre han provocado que algunos compradores reconsideren la compra de E.V., frenando el impulso del gobierno por promover su adopción. Además, las autoridades han implementado medidas, como limitar la carga de baterías en aparcamientos subterráneos al 90%, aunque expertos cuestionan la efectividad de esta medida.
Preocupación pública y frenazo en la transición hacia los E.V.
El dramático incendio en Incheon ha hecho que muchos surcoreanos reconsideren su entusiasmo por los vehículos eléctricos. Antes del incidente, la adopción de E.V. en Corea del Sur estaba en pleno crecimiento, representando el 9.3% de las ventas de nuevos automóviles en 2023. Sin embargo, el alcance y la intensidad del fuego, que tardó más de ocho horas en ser controlado, han aumentado el temor entre los potenciales compradores. Plataformas de venta de autos de segunda mano, como K Car, han reportado un aumento significativo en las ofertas de venta de E.V. desde el incendio, lo que sugiere que muchos propietarios buscan deshacerse de sus vehículos.
Las redes sociales y la cobertura mediática han amplificado el temor, enfocándose en los riesgos percibidos asociados con las baterías de los E.V. Los comentarios giran en torno a la posibilidad de que las baterías de litio, que son altamente inflamables cuando se sobrecalientan, sean responsables de incendios más destructivos que los de vehículos convencionales. Además, la falta de extintores específicos para este tipo de fuegos, según el departamento de bomberos de Corea del Sur, ha hecho que la respuesta a estos incidentes sea un reto aún mayor.
Reacción de fabricantes y el gobierno
En respuesta al incendio y la creciente preocupación pública, Mercedes-Benz Corea ofreció revisiones de seguridad gratuitas para sus vehículos eléctricos y publicó la lista de proveedores de baterías, algo que también hicieron otras marcas como Hyundai y Kia. El fabricante alemán identificó a Farasis Energy, una empresa china, como el proveedor de la batería del Mercedes EQE 350 involucrado en el incidente. Si bien la causa del incendio aún no ha sido confirmada, Mercedes-Benz expresó su «profundo pesar» y ofreció una compensación de 3.4 millones de dólares a los residentes afectados.
El gobierno surcoreano, por su parte, ha comenzado a tomar medidas adicionales para garantizar la seguridad de los E.V. Entre las nuevas regulaciones, se encuentra la obligación de que los fabricantes revelen sus proveedores de baterías antes de 2025, una medida destinada a mejorar la transparencia en la cadena de suministro. Sin embargo, algunas iniciativas, como limitar la carga de las baterías al 90% en aparcamientos subterráneos, han sido criticadas por expertos, que consideran que no abordan la raíz del problema.
Lee Ho-Guen, profesor de ingeniería automotriz en la Universidad de Daeduk, señaló que aunque las estadísticas muestran que los E.V. son menos propensos a incendiarse que los autos de gasolina, los incendios en baterías de litio pueden ser mucho más peligrosos. En este sentido, urgió al gobierno a mejorar la infraestructura de recarga y los sistemas de respuesta a incendios, argumentando que las medidas actuales son insuficientes para prevenir incidentes futuros.
El futuro de los E.V. en Corea del Sur: entre el avance y la incertidumbre
El incendio en Incheon ha provocado un freno en la confianza del público hacia los vehículos eléctricos, un sector clave en los esfuerzos de Corea del Sur por reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero. El país, que aspira a reducir sus emisiones en un 40% para 2030 y terminar con las ventas de vehículos de gasolina para 2035, ha invertido significativamente en infraestructura para los E.V., incluyendo 280 millones de dólares destinados a instalar estaciones de recarga. Sin embargo, el miedo generado por este incidente plantea dudas sobre la rapidez con la que se logrará este ambicioso objetivo.
El crecimiento de los E.V. había sido constante en los últimos años, en gran parte impulsado por subsidios del gobierno y exenciones fiscales para los fabricantes. Sin embargo, con casi 200 incendios de vehículos eléctricos registrados en el país en los últimos seis años, la percepción de seguridad se ha convertido en un desafío para las autoridades y los fabricantes. Aunque los incendios de E.V. son menos frecuentes que los de vehículos de gasolina (25 incendios por cada 100,000 E.V. frente a 1,530 incendios en vehículos de combustión, según la Junta Nacional de Seguridad en el Transporte de EE.UU.), su intensidad y dificultad para controlarlos han generado una sensación de peligro desproporcionada.
Los expertos coinciden en que las baterías de litio, que permiten a los E.V. almacenar grandes cantidades de energía en un espacio compacto, son también una de las principales causas de preocupación. La falta de un sistema de extinción específico para este tipo de fuegos, junto con la alta densidad de viviendas en Corea del Sur, donde muchos residentes comparten aparcamientos subterráneos, amplifica el riesgo percibido.
Acciones para mitigar el miedo y restaurar la confianza
El gobierno surcoreano ha respondido a la crisis con un enfoque proactivo, discutiendo medidas para prevenir incendios masivos como el de Incheon. Sin embargo, la solución a largo plazo requiere una revisión más profunda de la infraestructura de recarga y las normativas de seguridad en torno a los E.V. Lee Ho-Guen, profesor de ingeniería automotriz, insiste en que medidas como limitar la carga de las baterías a un 90% son insuficientes. Según él, «es como pedirle a un fumador que fume dos cigarrillos en lugar de tres», sugiriendo que el problema es más estructural y debe abordarse de manera más integral.
A pesar de los temores actuales, muchos expertos siguen confiando en que la transición hacia los E.V. es inevitable, pero será crucial que el gobierno y los fabricantes trabajen juntos para garantizar la seguridad y tranquilizar al público. La industria automotriz surcoreana, una de las más avanzadas del mundo, tiene la oportunidad de liderar esta transición si puede superar los desafíos de seguridad que este incidente ha puesto en el centro de la atención pública.
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