Jacques Saoutchik, nacido como Iakov Savtchuk, era un joven ruso que llegó a temprana edad a Francia y que con el tiempo se convirtió en uno de los carroceros más importantes y extravagantes de Europa, un oficio al que llegó tras ser aprendiz de ebanista. Saoutchik, nombre con el que también se conocía a su empresa, estableció su sede en París en 1906 y rápidamente se hizo famoso entre clientes que no les importaba pagar lo que fuera por tener una de sus carrocerías.
Esta empresa carrocera se dedicaba a hacer trabajos totalmente artesanales y podría decirse que exclusivos, debido a que Saoutchik gustaba de trabajar con una plantilla de profesionales corta y con la que solamente alcanzaba a aceptar dos pedidos por semana. Como imaginaréis esta exclusividad se paga y quien puede pagarlo tenía como vehículo donante auténticas joyas, por eso en el catálogo de Saoutchik se encuentran bellezas de todas las marcas como puede ser el Hispano-Suiza H6C Dubonnet Xenia, el futurista Delahaye 175 S Roadster, el Pegaso Z-102 en versión Berlineta y Cabriolet o el Mercedes-Benz 680 S con carrocería torpedo entre muchos otros.
En sus primeros trabajos Saoutchik hacía uso masivo del níquel y allá por 1920 el cromo era su producto estrella, todo ello acompañado por un diseño exquisito y la introducción de algunas patentes propias como la de la capota desmontable. Su éxito se vio interrumpido por el comiendo de la II Guerra Mundial y, una vez pasada, Saoutchik retomó su actividad hasta que en 1950 su hijo, Pierre Saoutchik, tomó las riendas del negocio. La línea e idea de trabajo de Pierre era igual que la de su padre, pero tras la guerra su fama no volvió a ser la misma y la empresa se vio ahogada por las deudas e impagos, por lo que en 1955 tuvo que toma la difícil decisión de declarar la empresa en banca rota.
Ahora la marca Saoutchik renace de sus cenizas para volver a hacer lo que mejor sabía hacer su creador y, aunque por el momento los datos son a cuentagotas, ya hay fotografías de lo que será el primer proyecto de este nuevo comienzo y ojo porque la inspiración no es un coche cualquier, es un icono como el Mercedes-Benz 300 SL reinterpretado sobre la base de un Mercedes-Benz SL actual. Si te gusta ya puedes tener unos cuantos billetes en el banco y rapidez para hacerte con uno, ya que la marca no creará más de 15 unidades de este exclusivo Saoutchik 300 GTC.
Seguramente el Saoutchik 300 GTC cree debate sobre si se trata de una reinterpretación adecuada pero lo que es innegable es que llamará poderosamente la atención, en gran medida gracias al frontal con el grupo óptico redondo una parrilla donde aparece la insignia de Saoutchik en grandes dimensiones. También desde el frontal podremos observar la modificación realizada a los pasos de rueda delanteros, clara inspiración del 300 SL, aunque no será el único detalle que rinde homenaje a tan ilustre modelo de Mercedes-Benz ya que en los laterales podemos ver las clásicas rejillas de ventilación. En la zaga también se ve totalmente modificado, incluso con un portón a medida, todo ello aderezado por altas dosis de cromado presente en el difusor, las inserciones o las llamativas llantas de 22 pulgadas.
En el interior, sucede en este tipo de trabajos, se espera que sea altamente personalizable a gusto de las ideas de los futuros propietarios, quienes a buen seguro también tendrán bajo el capó un potente motor gasolina de origen AMG. Por el momento tendremos que esperar a que Saoutchik lance más detalles, los cuales en su mayoría son todavía una incógnita.
