Las suspensiones son un elemento vital para la seguridad vial, pero también son las grandes olvidadas. Muchas personas se preocupan de revisar y cambiar los neumáticos, pero no es así con las suspensiones, y tampoco existe una normativa que obligue a cambiarlas tras cierto tiempo. Sin embargo, son las que ayudan a que tus viajes sean confortables y las que mantienen los neumáticos en contacto con el suelo en todo momento.
En este artículo técnico vamos a conocer más sobre las suspensiones de los coches, sus tipos, marcas, trucos para regularlas, y mucho más…
Tipos de suspensiones
Antes de nada, es importante conocer qué tipos de suspensiones para coches existen, y sus principales características. Primero hay que diferenciar entre dos grandes grupos:
Dependientes o rígidas: son aquellas donde ambas ruedas están unidas por un mismo eje rígido, por lo que lo que le ocurra a una rueda puede reflejarse también a la otra, lo cual puede dificultar la estabilidad. Este tipo de suspensiones fueron populares en el pasado, pero ya no lo son tanto.
Independientes: cada rueda va independiente, no está unida por un eje, por lo que si se encuentra con un bache o resalto, solo afecta a una rueda, permitiendo a la hora actuar de forma independiente, lo que mejora la estabilidad. Este sistema es el más actual.
Tipos de suspensiones dependientes
Dentro de las suspensiones dependientes, encontramos principalmente:
Ballesta: se utiliza una lámina de acero curvada (ballesta) como elemento elástico en lugar de muelles helicoidales, como se aprecia en la imagen de la derecha. Proporciona una buena capacidad de carga, pero es menos cómoda que otras opciones. Ha sido muy popular en el pasado, de hecho, fue uno de los primeros tipos de suspensiones que se desarrollaron.
Con muelle: es el tipo más sencillo y económico, y se aprecia en la imagen de la izquierda. Consiste