El año 2035, si no hay cambios de útima hora, será el momento en el que se dejarán de comercializar coches movidos por un motor de combustión interna. La industria de la automoción va a convertirse en eléctrica y se va a avanzar en la descarbonización del tráfico gracias a esto. Pero hay varias excepciones a esta imposición y una de ellas es el uso de combustibles sintéticos que reduzcan de manera considerable las emisiones contaminantes.
La condición indispensable para que se mantengan en el mercado es que solo puedan funcionar con el eFuel y no se utilice como excusa para alimentarlo con combustibles tradicionales. Esto representa un problema a día de hoy, ya que el precio de un litro de este tipo de combustible es un 50% más caro. Esto puede cambiar en estos 10 años que quedan para dar el paso hasta ese momento, así que los fabricantes comienzan a dar los primeros pasos para utilizar esta tecnología.
Bentley ha querido ser el primero que proponga este tipo de combustible y para ello ha habilitado a una unidad del Bentley Continental GT Speed que funciona, precisamente, con este combustible. El coche funciona gracias al eFuel que ha fabricado la marca junto con Porsche en la planta experimental ubicada en Haru Oni, Chile.
El proceso de producción del eFuel se realiza con la captura del dióxido de carbono biogénico resultante de la fermentación de elementos orgánicos y se combina con hidrógeno creado a través la electrólisis de agua para crear metanol. Después se refina y se obtiene el combustible que se utilizará en estos nuevos motores.
Las últimas pruebas han dado lugar a un combustible que está compuesto por un 75% de este eFuel y un 25% por gasolina tradicional. Esto permite que las emisiones sean muy contenidas y se está trabajando para conseguir un motor que funcione con una composición del 100% de eFuel.
El nuevo Bentley Continental GT Speed con eFuel
Este modelo es una adaptación del Gran Turismo, que permite obtener una potencia de 782 CV y un par máximo de 1.000 Nm. Al ser un motor híbrido enchufable, la autonomía que ofrece el motor eléctrico es de hasta 80 kilómetros. Las emisiones se mantienen por debajo de los 50 gr/km recorrido, así que es un coche bastante sostenible y que puede ser la salvación de los motores de combustión interna una vez llegue 2035.