China ha experimentado un crecimiento imprevisto en la demanda de electricidad en 2024, impulsado por las olas de calor récord y las recientes políticas de estímulo económico. La Asociación de Electricidad de China, en su último informe trimestral, elevó su previsión de crecimiento eléctrico a un rango entre el 7% y 9.9 billones de kWh, superando la estimación anterior del 6.5%. Este incremento refleja cómo las temperaturas extremas y las medidas económicas en Beijing están impulsando el consumo energético, que podría incluso superar el crecimiento económico nacional, proyectado en un 4.8% para este año.
Olas de calor y crecimiento económico impulsan la demanda energética
La demanda de electricidad en China ha mostrado un crecimiento mucho mayor de lo esperado en 2024, alcanzando un aumento proyectado de entre el 7% y los 9.9 billones de kilovatios-hora (kWh), según informó la Asociación de Electricidad de China (CEC) en su reporte del tercer trimestre. Este aumento supera la previsión inicial de 6.5% y se atribuye, en gran medida, a las intensas olas de calor de este verano, que provocaron un récord de consumo en el país. Durante los meses más calurosos, la demanda máxima de energía llegó a 1.45 mil millones de kilovatios, un nivel sin precedentes impulsado por el promedio nacional de temperatura más alto en los últimos 57 años.
A su vez, las políticas de estímulo económico implementadas en octubre también han jugado un papel clave en el aumento de la demanda energética. Estos estímulos, que buscan fortalecer la actividad económica en sectores como la industria y el comercio, han sido diseñados para mitigar los efectos de la desaceleración económica y apoyar un crecimiento que los analistas de Reuters estiman en un 4.8% para este año. Esta combinación de factores ha hecho que la demanda de energía crezca incluso por encima de la expansión económica, un fenómeno que se observa en diversos sectores, desde la producción industrial hasta el consumo doméstico en las principales regiones urbanas.
Posibles tensiones en el suministro eléctrico invernal
El incremento sostenido en el consumo de electricidad ha generado preocupaciones sobre la capacidad de suministro, particularmente en las áreas de China oriental y meridional, donde la demanda alcanza picos elevados durante el invierno. Según el informe de la CEC, esta situación podría derivar en tensiones en la distribución eléctrica, ya que durante la temporada invernal el consumo residencial aumenta significativamente debido al uso de calefacción. La expectativa es que el crecimiento de la demanda disminuya a un 5% en el último trimestre, influido en parte por el «efecto de base alta», ya que el consumo fue elevado en el mismo periodo de 2023.
No obstante, la situación presenta desafíos, especialmente en aquellas provincias donde las redes de distribución y los sistemas de generación están sometidos a altas cargas en los meses más fríos. Los planes de Beijing para reforzar la infraestructura energética y diversificar las fuentes de generación cobran así una relevancia central, buscando evitar apagones o cortes de suministro.
Desafíos para el suministro: infraestructura y sostenibilidad
El crecimiento de la demanda eléctrica en China plantea desafíos significativos para la infraestructura energética, y el gobierno ya está tomando medidas para fortalecer la capacidad de generación y distribución. La modernización de las redes eléctricas en las regiones más afectadas, como las provincias de Jiangsu, Guangdong y Zhejiang, es una prioridad, ya que estas áreas son responsables de una gran parte de la actividad industrial y del consumo residencial del país. Las autoridades energéticas están apostando también por la integración de fuentes renovables, como la energía eólica y solar, para diversificar el suministro y reducir la dependencia de las plantas de carbón, que actualmente representan alrededor del 60% de la generación eléctrica de China.
A pesar de estos esfuerzos, la rápida expansión de las energías renovables enfrenta obstáculos en términos de capacidad de almacenamiento y adaptación de la red para soportar las variaciones en la generación eólica y solar. La transición hacia una matriz energética más sostenible requiere una inversión considerable en tecnología de almacenamiento de energía, como las baterías de gran escala, y en mejoras en la eficiencia de la red. Además, el incremento en la demanda no solo implica un mayor uso de recursos energéticos, sino que también incrementa las emisiones de gases de efecto invernadero, planteando un reto para los compromisos de China de reducir su huella de carbono.
Implicaciones para el sector energético y el cambio climático
El aumento en la demanda de electricidad representa una presión añadida para los objetivos de sostenibilidad de China, que se ha comprometido a alcanzar la neutralidad de carbono para 2060. Sin embargo, el aumento de las olas de calor, que se espera sean cada vez más frecuentes debido al cambio climático, implica un círculo vicioso: el consumo de energía se incrementa, lo cual aumenta las emisiones, que a su vez intensifican el cambio climático y los fenómenos extremos. La urgencia de estos fenómenos refuerza la importancia de las políticas de Beijing para equilibrar el crecimiento económico con una reducción en el impacto ambiental.
Por otro lado, el auge de la demanda también presenta oportunidades de innovación para el sector energético. China está incrementando sus inversiones en tecnologías avanzadas, como la inteligencia artificial aplicada a la optimización de la red y el almacenamiento energético, buscando así mitigar las fluctuaciones de consumo y facilitar la transición hacia un modelo más limpio. La gestión eficiente de estos recursos energéticos será crucial para garantizar la sostenibilidad y la fiabilidad del sistema energético del país en los próximos años.
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