Los coches conectados, o V2X, abren nuevas posibilidades, tanto de ocio para los pasajeros como también de información y seguridad para los viajes. Para esto, estos vehículos necesitan de una serie de tecnologías de conectividad que vamos a analizar aquí, y ver cuál es mejor, con los pros y contras de cada una.
De esta forma, podrás elegir la mejor cuando vayas a por tu nuevo coche conectado…
Infraestructura de red para coches conectados
V2X es un acrónimo que significa Vehicle-to-Everything y se refiere a un sistema de comunicación que permite a los vehículos conectarse e intercambiar información con otros vehículos, infraestructuras (como semáforos, señales de tráfico), peatones y otros elementos del entorno, además de extender la red hacia la edge computing y fog computing, así como la cloud computing, obteniendo también acceso a Internet y servicios en la nube.
Los sistemas V2X, independientemente de la tecnología inalámbrica utilizada, dependen de una red de equipos a bordo y fuera de bordo para funcionar, y estos equipos son:
Equipo a bordo (OBE o On-Board Equipment): este es el sistema integrado en el vehículo con el que interactúan los conductores para aprovechar las aplicaciones V2X para la seguridad, la movilidad y los beneficios ambientales. Incluye un transceptor para la comunicación y sensores como el GPS para recopilar datos como la ubicación, la velocidad y la dirección. Algunas aplicaciones también pueden utilizar datos adicionales de otros sensores, como el estado de los limpiaparabrisas o la activación del sistema de frenos antibloqueo.
Unidades de borde de carretera (RSU o Roadside Units): estas unidades actúan como centros de comunicación y cumplen tres funciones principales:
Aplicaciones locales: conectan los vehículos con los sistemas de borde de carretera, como los controladores de semáforos, facilitando funciones como la prevención de colisiones en intersecciones.
Aplicaciones remotas: proporcionan conectividad entre los vehículos y los recursos de la red