Si nos lees de forma asidua, seguro que te has dado cuenta que los coches eléctricos no me parecen una solución suficientemente buena como para la tecnología actual de combustión. En esa misma línea se está moviendo últimamente la industria, cada vez apostando menos por los caros eléctricos y retrocediendo hacia las motorizaciones de gasolina. Además, también sabrás que me entusiasman los motores de combustión interna de hidrógeno, y no tanto los de pila de combustible.
Pues bien, aquí te presentaré una nueva tecnología prometedora para estos coches de combustión de hidrógeno que no termina de desplegarse, como es la combustión de hidrógeno asistida por plasma…
No confundas los coches de combustión de hidrógeno con los de pila de combustible de hidrógeno…
¿Qué es la combustión de hidrógeno asistida por plasma?
La lucha contra el cambio climático exige una reducción significativa de las emisiones de gases de efecto invernadero. Los procesos de combustión tradicionales, especialmente los que dependen de combustibles fósiles, son un importante contribuyente a este problema, pero también la combustión de hidrógeno puede generar ciertos gases contaminantes, y no solo agua, debido a que en el aire hay más gases que el oxígeno que se combinará con el hidrógeno, y también puede haber otros residuos de lubricantes, etc. En este contexto, la combustión de hidrógeno (H₂) asistida por plasma surge como una tecnología prometedora para una generación de energía más limpia y eficiente.
El plasma, el cuarto estado de la materia, juega un papel crucial en la mejora de la combustión de H₂. A diferencia de los gases, donde las partículas están relativamente independientes, en un plasma estas partículas están ionizadas, es decir, han perdido o ganado electrones, adquiriendo así una carga eléctrica positiva o negativa. En el caso de los motores de combustión de hidrógeno, no se busca un gas con ionización