Skoda va como un tiro. Y con productos tan «redondos» como los que está poniendo últimamente en el mercado, no es ninguna sorpresa. La marca no solo sigue creciendo y ya está en el Top4 en el ranking de matriculaciones en Europa en el acumulado hasta el mes de agosto, sino que también avanza en España, donde desde enero a septiembre de 2024 ya ha vendido 25.655 coches, un 10% más que en el mismo período de 2023. Y con un dato muy relevante: sigue siendo, con diferencia, la marca generalista más rentable del Grupo Volkswagen.
Y aunque la apuesta eléctrica sigue adelante con el actualizado Enyaq, el inicio de la comercialización del Elroq y con el nuevo Epiq también a la vuelta de la esquina, la marca no descuida sus modelos más importantes con motores de combustión, como el Skoda Kodiaq, un modelo que supone prácticamente un tercio de los tres millones de SUV que Skoda ha comercializado desde el lanzamiento del Yeti allá por 2009. Recordemos que, en la actualidad, la gama SUV de Skoda, además de los Elroq y Enyaq cien por cien eléctricos, cuenta con el Kamiq, el Karoq y el Kodiaq que hoy nos ocupa.
Nos hemos puesto al volante de la nueva gama Skoda Kodiaq para confirmar que esta nueva generación del buque insignia de la marca potencia aún más las cualidades que le convertían en uno de los SUV familiares más recomendables de su categoría. Y ahora, además, añade a la gama una interesante versión híbrida enchufable. Tan interesante que si tienes un coche para achatarrar, con las ayudas al Plan MOVES el Skoda Kodiaq iV se convierte… ¡en la versión más asequible de la gama!
Veamos con más detalle lo que cambia en esta segunda generación del Skoda Kodiaq, y cuales son sus puntos fuertes. Porque ya te adelanto que, lo mires por donde lo mires, es difícil encontrarle pegas.
Más moderno, más tecnológico, más eficiente y más confortable
El nuevo Kodiaq es ahora un poco más grande, pero no mucho más. Crece 6 cm en longitud para alcanzar los 4,76 metros, manteniendo la altura de 1,66 metros y una generosa distancia entre ejes de 2,79 m, mientras que la anchura aumenta 4 centímetros. Pero el nuevo diseño que lucen ya todos los modelos de Skoda disimula muy bien sus dimensiones. Hace tiempo ya que los Skoda dejaron de ser «sosos» y aburridos, y ahora hasta llaman la atención.
En el caso del nuevo Kodiaq lo hace por muchos detalles, como la gran parrilla octogonal, que ahora puede incorporar una banda luminosa con con leds entre las barras verticales que unen visualmente los faros delanteros, que opcionalmente -y con un muy buen precio, unos 800 euros con la parrilla iluminada- pueden ser Matrix LED de segunda generación, hasta un 15% más potentes. También hay una banda decorativa que une los grupos ópticos traseros, pero en este caso, para no entrar en «conflicto» con la identidad visual de otros modelos del grupo, no va iluminada. Otro elemento completamente nuevo es el embellecedor del pilar trasero, que puede acabado en distintos colores, contrastando con la carrocería.
Un aspecto muy importante es la reducción alcanzada en el coeficiente aerodinámico, que se queda ahora en 0,28 en el caso más favorable. Esto se ha conseguido, entre otras cosas, mejorando el flujo del aire en las entradas de refrigeración del motor y de los frenos y utilizando barras de techo más planas y retrovisores y llantas más aerodinámicas. Las llantas pueden ser de 17 a 20 pulgadas, y hay nueve colores disponibles para la carrocería, dos sólidos y siete metalizados, destacando el nuevo y elegante dorado bronce. Particularmente creo que le sienta muy bien al Kodiaq, aunque también me gusta cómo le quedan el azul race y el gris grafito.
Un interior muy amplio, un gran maletero y acabados casi premium
Empezando por el final, créeme, no exagero. He conducido una versión con acabado Design equipada con tapicería de cuero perforada y la sensación que transmite el interior es magnífica, casi premium… y, en cualquier caso, muy superior a la que podrías esperar de un coche de este precio. Más adelante hablaremos de ello, pero te adelanto que el Kodiaq es de los SUV más baratos entre los de su clase, donde compite con modelos como el Hyundai Santa Fe, el Kia Sorento, el Mazda CX-60 o el Renault Espace.
El diseño del salpicadero es completamente nuevo, destacando la gran pantalla multimedia, que ahora puede ser de 13 pulgadas por un sobreprecio de 500 euros (la de serie es de 10 pulgadas), incluyendo navegador y tres años de servicios conectados. Se ve de maravilla y se maneja muy fácil, además de contar con dos hileras de iconos siempre visibles que permiten acceder a las funciones principales sin tener que navegar por los menús.
La instrumentación es siempre digital, de 10 pulgadas. Al no existir versiones con cambio manual, los diseñadores han aprovechado para colocar la palanca de la transmisión en la columna de la dirección, lo que deja una consola central entre los asientos despejada para colocar portabebidas y dar cabida a otros prácticos huecos, entre ellos, un doble cargador inalámbrico para el móvil con 15 vatios de potencia y refrigeración.
Una novedad interesante son los denominados Smart Dials, tres mandos giratorios en la consola central que cuentan con su propia pantalla digital y que podrían pasar por los de la climatización, pero que en realidad sirven para mucho más. Mediante una pulsación, los dos exteriores permiten alternar entre el control de la temperatura del climatizador o activar la calefacción en los asientos. El mando central es configurable desde la pantalla multimedia, y se puede programar para seleccionar desde aquí, también alternando al pulsar sobre él, funciones como la velocidad del ventilador, la dirección de las salidas del aire, el volumen del equipo de audio, el selector de modos de conducción o hacer zoom en el mapa del navegador.
Otros detalles que dan una idea del nivel del nuevo Kodiaq son la posibilidad de equipar asientos ergonómicos con certificación AGR y función de masaje, la diversidad de tapicerías a elegir con distintas costuras de contraste, el asistente de voz con soporte de IA e integración de ChatGPT, equipamientos como el aparcamiento remoto desde un smartphone (todavía no disponible, se ofrecerá más adelante) o la compatibilidad con la renovada aplicación MySkoda, que ahora cuenta con muchas más funciones.
Pero el verdadero punto fuerte del habitáculo del Kodiaq sigue siendo su gran espacio interior, con unas plazas traseras magníficas y un maletero enorme. Skoda anuncia 910 litros de capacidad en las versiones de 5 plazas, 845 litros cuando se elige con la tercera fila de asientos (que tiene un sobreprecio de 1.100 euros) y 745 litros para la nueva versión híbrida enchufable, que no puede ser de siete plazas. Eso sí, estas cifras tienen «truco»: son con la banqueta de la segunda fila en la posición más adelantada, casi pegada a los asientos delanteros, sin dejar apenas espacio para acomodar pasajeros. En cualquier caso, el maletero es muy grande, y la posibilidad de desplazar la banqueta siempre es un «plus» a la hora de configurar y repartir el espacio para la carga o para los pasajeros según las necesidades. Con todos los asientos abatidos se superan los 2.100 litros de capacidad.
Motores gasolina, diésel y un híbrido enchufable que tienes que conocer
El Kodiaq cuenta con motores gasolina y diésel ya conocidos, pero que me han sorprendido por la reducción en consumos que logran respecto a la generación anterior. Hay dos versiones TDI, una con 150 CV y tracción 4×2, y otra con 193 CV y tracción 4×4, que no tienen ningún tipo de hibridación (etiqueta C de la DGT), pero siguen demostrando, con una relación imbatible entre prestaciones y consumo, que los que mandan se están cargando los diesel demasiado pronto. Parece cosa de magia, pero no lo es, como he podido comprobar durante la toma de contacto: Skoda ha conseguido que conduciendo en plan tranquilo, el Kodiaq TDI se conforme con medias de 6 l/100 km. Por cierto, ya que hablamos de conducción, destacaría el gran confort de marcha, con unas suspensiones que filtran y se tragan muy bien los baches… incluso en pistas y caminos sin asfaltar.
También con 150 CV, el 1.5 TSI de gasolina con hibridación ligera puede presumir de consumos muy bajos, aunque es más sensible al ritmo de marcha que los TDI. Los dos motores de 150 CV, tanto el TDI como el TSI, mueven con soltura al Kodiaq; y más con la ayuda del cambio DSG de siete marchas de serie, por lo que se configuran como buenas opciones de acceso a la gama. Pero si tengo que elegir me quedo con el gasolina. Cuesta 3.000 euros menos que el TDI, y la etiqueta ECO es un plus que cada día se va a valorar más, tal y como se están poniendo las cosas.
Por encima queda una una versión 2.0 TSI de gasolina con 204 CV y tracción 4×4, aunque no será la más prestacional, honor que queda reservado para el Kodiaq RS, que llegará a finales de año. Pero mi recomendación es que no pierdas de vista al nuevo Skoda Kodiaq iV con tecnología híbrida enchufable, por muchos motivos. Primero, porque con 204 CV va sobrado de prestaciones y además va muy «fino», con un notable agrado de conducción. En segundo lugar, porque con una batería de 25,7 kWh de capacidad permite anunciar una autonomía eléctrica de más de 100 km, o conducir varios cientos de kilómetros en modo híbrido hasta que la batería se descargue con un consumo muy bajo, en torno a los 3 l/100 km; además, admite carga rápida a 50 kW, lo que permite recuperar hasta el 80% de capacidad en unos 25 minutos. Y en tercer lugar, porque es de los pocos híbridos enchufables en el que no tendrás que renunciar a nada a la hora de llevar el equipaje, gracias a su gran maletero.
Pero hay una razón más de mucho peso, que comentaba al principio: con el máximo de las ayudas a la compra del Plan MOVES, que en el Kodiaq iV pueden ser de hasta 7.500 euros, el precio final convierte a la versión híbrida enchufable en la más asequible de la gama, al quedarse en 32.950 euros, incluyendo todos los descuentos, más barato incluso que el 1.5 TSI MHEV de 150 CV, que parte desde 33.550 euros.
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