¿Inyección de agua en motores de combustión interna diésel? Pues sí, aunque te parezca raro, es una tecnología que puede mejorar las prestaciones del motor. La inyección de agua en motores diésel ha captado el interés de ingenieros y expertos en automovilismo. Aunque parezca algo antinatural introducir agua en un motor, este proceso, si se ejecuta de manera correcta, puede ofrecer beneficios significativos en términos de rendimiento y reducción de emisiones. Sin embargo, como veremos a lo largo del artículo, esta técnica no está exenta de complicaciones.
A lo largo de la historia, la inyección de agua ha sido implementada en diferentes vehículos, tanto en competición como en modelos de calle de alto rendimiento. En este artículo exploramos cómo funciona, sus ventajas, posibles problemas, y por qué es una tecnología que podría tener un impacto importante en la industria automovilística del futuro.
¿Qué es el sistema de inyección de agua?
El sistema de inyección de agua consiste en introducir pequeñas cantidades de agua atomizada en la cámara de combustión o en el colector de admisión de un motor de combustión interna. El agua, al evaporarse dentro del cilindro, reduce la temperatura interna, lo que a su vez ayuda a controlar ciertos efectos no deseados, como la autodetonación o el picado de biela, fenómenos que pueden dañar gravemente el motor.
Este proceso no es algo nuevo. Vehículos de competición durante los años 60, así como motores de aviación en la Segunda Guerra Mundial, ya utilizaban este sistema para aumentar la potencia de los motores. Hoy en día, fabricantes como BMW han introducido esta tecnología en coches de alta gama, como es el caso del BMW M4 GTS, demostrando que esta técnica funciona tanto para mejorar el rendimiento como para reducir la cantidad de emisiones que genera el motor.
Ventajas del sistema de inyección de agua
Una de