Singapur ha trazado un plan ambicioso para reducir su dependencia de los combustibles fósiles mediante la importación de energía limpia de países vecinos. La Autoridad del Mercado de Energía (EMA) estima que entre el 30% y el 75% de la electricidad del país provendrá de estas importaciones para 2050, un cambio radical respecto al 0% actual. Sin embargo, expertos de la industria han advertido que el éxito de este plan dependerá de la rentabilidad económica de los proyectos.
Eka Satria, director ejecutivo de Medco Power de Indonesia, una de las empresas que ha recibido licencias condicionales para vender energía a Singapur, destacó que estos proyectos podrían requerir inversiones de entre 20.000 y 30.000 millones de dólares. Para atraer esta inversión, será crucial asegurar que los proveedores puedan recuperar sus costos a largo plazo. «La viabilidad comercial es el gran desafío», comentó Satria durante la Semana Internacional de la Energía en Singapur, subrayando la importancia de que el mercado de Singapur sea lo suficientemente grande como para sostener estas inversiones.
Para facilitar la recuperación de las inversiones, Singapur ha propuesto otorgar licencias de importación de 30 años, ofreciendo a las empresas un horizonte a largo plazo para garantizar el retorno de sus inversiones. La EMA ya ha aprobado 10 proyectos condicionalmente, con Indonesia a la cabeza, representando más de la mitad de la energía importada, unos 3,4 GW.
El desarrollo de una red eléctrica regional: un desafío complejo
El desarrollo de una red de comercio energético en el sudeste asiático es crucial para que Singapur logre su transición hacia la energía limpia. Este esfuerzo no solo ayudará a reducir la dependencia de los combustibles fósiles en toda la región, sino que también atraerá inversiones extranjeras directas y permitirá ampliar las cadenas de suministro de energía renovable. Janice Bong, directora de Keppel Energy, otra de las empresas con licencias condicionales, señaló la necesidad de que los procesos de permisos y regulaciones estén alineados a nivel regional para permitir la conexión de las redes eléctricas nacionales a través de cables submarinos.
Uno de los principales retos es el alto costo y la complejidad de instalar estos cables submarinos, esenciales para interconectar las redes energéticas de diferentes países. El ministro de Energía de Camboya, Keo Rottanak, subrayó que para que estos proyectos sean financieramente viables, los países miembros de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN) deben crear marcos regulatorios sólidos que mitiguen los riesgos y faciliten el flujo de inversiones. «Si los 10 países implementan políticas de apoyo adecuadas, el proyecto puede ser viable», aseguró Rottanak, destacando la importancia de la cooperación regional en el desarrollo de una red energética sostenible.
Cooperación regional: un pilar para la transición energética de Singapur
Para que Singapur logre su ambicioso objetivo de importar 6 GW de energía baja en carbono para 2035, la colaboración entre los países de la región del sudeste asiático será crucial. La ASEAN ya ha reconocido la importancia de desarrollar una red eléctrica interconectada, que permita a los países con abundantes recursos renovables exportar energía limpia a naciones con menor capacidad de generación, como Singapur. Sin embargo, los desafíos técnicos y financieros son considerables, especialmente en lo que respecta a la construcción de cables submarinos que atraviesen fronteras.
El costo elevado de estas infraestructuras, junto con las barreras regulatorias, ha frenado hasta ahora la expansión de la red eléctrica regional. Pero, como señaló Janice Bong de Keppel Energy, si los países logran alinear sus políticas y procesos de permisos, los proyectos de interconexión pueden convertirse en una realidad. La complejidad técnica de los cables submarinos, que requieren importantes inversiones iniciales, puede superarse si los gobiernos de la ASEAN facilitan marcos regulatorios que ofrezcan seguridad a los inversores y garanticen un retorno a largo plazo.
El papel de la inversión extranjera y la seguridad energética
La transición de Singapur hacia la energía limpia también dependerá en gran medida de atraer inversiones extranjeras. La creación de una red regional de energía renovable no solo ayudará a la ciudad-estado a cumplir sus objetivos climáticos, sino que también impulsará el desarrollo económico en toda la región, al permitir que países como Indonesia, Camboya y Vietnam se conviertan en proveedores clave de energía limpia. Esto es particularmente importante en un contexto global donde la inversión en energías renovables está en auge, pero donde también se requiere seguridad energética para garantizar el suministro constante y fiable.
El ministro de Energía de Camboya, Keo Rottanak, mencionó que para que el dinero fluya rápidamente hacia estos proyectos, los países de la ASEAN deben trabajar en conjunto para reducir los riesgos regulatorios y financieros. “La viabilidad financiera del proyecto es posible si los 10 países implementan un marco regulatorio y de apoyo sólido”, afirmó Rottanak, subrayando la necesidad de una visión regional unificada.
Con estas iniciativas, Singapur no solo busca diversificar sus fuentes de energía y reducir su dependencia de los combustibles fósiles, sino también posicionarse como un hub energético en el sudeste asiático. Si bien los desafíos técnicos y económicos son grandes, el desarrollo de una red eléctrica interconectada y la cooperación entre los países de la ASEAN ofrecen una oportunidad única para transformar el panorama energético de la región.
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