Los últimos años han proliferado toda una serie de proyectos que, en paralelo con la electrificación, y la descarbonización del automóvil a la que pretendemos llegar en las próximas décadas, pretendían producir alternativas a la gasolina y el gasóleo, combustibles sintéticos, y limpiar la atmósfera de gases contaminantes y de efecto invernadero. Mercedes habla de gasolina y gasóleo sintético, cuestionando su viabilidad, y reconociendo que el futuro está en el coche eléctrico. Ahora bien, ¿qué son la gasolina y el gasóleo sintético? ¿y por qué Mercedes-Benz prefiere dedicar sus inversiones al coche eléctrico?
Gasolina y gasóleo sintético: ¿cuál es su objetivo?
Los combustibles sintéticos, por el mero hecho de serlo, no van a garantizar que un automóvil no emita gases contaminantes y de efecto invernadero, como el CO2. El interés subyacente de estos proyectos se basa precisamente en el concepto de neutralidad de CO2. Los combustibles sintéticos emiten CO2, pero si el proceso de producción de esos combustibles emplea CO2 presente en la atmósfera estaremos ante un ciclo cerrado, en el que el CO2 emitido ya ha sido compensado por el obtenido del aire para producir el combustible. Insistimos en que el concepto es sumamente interesante, pero pesan mucho más las dudas acerca de la viabilidad de estos proyectos.
Marcas como Audi o, sin ir más lejos, Mercedes-Benz, llevan tiempo investigando en el proceso de producción de combustibles sintéticos. Hemos visto proyectos de todo tipo, diseñando combustibles que podrían emplearse como alternativa a la gasolina, o al gasóleo. Pero todos ellos suelen tener dos aspectos en común. El primero, diseñar procesos, por ejemplo investigando con algas y microorganismos, que capten el CO2 del aire, rompan la molécula, y permitan el empleo de estos elementos esenciales en un combustible. El segundo, utilizar energías renovables, para hacer viable el proceso, tanto en términos energéticos, como