Los malos presagios, finalmente, se han confirmado. Nissan cerrará las plantas barcelonesas de la Zona Franca, Sant Andreu de la Barca y Montcada i Reixac, lo que afectará a unos 3.000 trabajadores y a otros 20.000 puestos de trabajo indirectos. Las otras fábricas de la marca en España, ubicadas en Ávila y Cantabria, seguirán fabricando componentes para otras plantas europeas.
La decisión ha sido anunciada de forma oficial este jueves durante la presentación de resultados financieros de Nissan por Makoto Uchida, CEO de la compañía, como parte de su plan de reestructuración, del que ya ofreció en el día de ayer un primer esbozo: la alianza Renault-Nissan-Mitusibishi se repartirá el mundo, y Renault será la encargada de producir tanto sus coches como los de las marcas hermanadas en el Viejo Continente.
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Nissan, frente a sus demonios: obligada a recortar en España y el resto de Europa para mantenerse en Asia y EEUU
Nissan incluye el cierre de la factoría planta catalana dentro de un plan global más amplio a través del cual prevé recortar el gasto unos 2.000 millones de euros en los próximos tres años.
La firma ha decidido seguir adelante con esta medida pese a las advertencias de Industria, que cifró en 1.000 millones de euros el coste que supondrá para la entidad abandonar la planta de Barcelona.
Asimismo, el Ejecutivo lleva tiempo tratando de llegar a un acuerdo con la automovilística nipona. De hecho, el pasado 22 de enero, Pedro Sánchez aseguró tras reunirse en el Foro Económico Mundial de Davos con el