El tiempo de carga en viajes es una de las claves para la aceptación de los coches eléctricos en el mercado. Los tiempos de recarga se van a reducir con los nuevos modelos. Dentro de cinco años, será posible recargar una batería de gran capacidad en carretera en menos de 10 minutos.
Al menos, así lo indican fuentes de la industria a Autocar. Sin embargo, no es algo que se vaya a aplicar a modelos ya en circulación y sobre todo es una cuestión tanto de infraestructuras de carga como de tecnología de las baterías, en su diseño más que en una nueva química que haga milagros.
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La mayoría de los coches eléctricos del mercado actualmente en el mercado equipan sistemas eléctricos de 400 V, lo que en la industria se considera como de alto voltaje. La potencia eléctrica se mide en vatios (W) y los vatios se obtienen multiplicando el voltaje por la intensidad de la corriente medida en amperios (A).
Para aumentar la potencia en vatios que un sistema de coche eléctrico puede entregar, o la carga que pueda aceptar, es preciso aumentar el voltaje o la intensidad de la corriente (amperios). El problema de usar una mayor intensidad es que requiere cables más gordos y pesados, con un aislamiento más gordo porque generan más calor.
Así, algunos fabricantes prefieren aumentar el voltaje, de ahí la introducción de una arquitectura