Poco a poco se van extendiendo las posibilidades de vehículos eléctricos en todas las marcas de coches. En el caso de Audi, el encargado de debutar en la marca fue el Audi e-tron, un SUV grande con buenas prestaciones y alta calidad. Más tarde llegaría el e-tron Sportback, una variante similar pero con un estilo más coupé. Ahora aterrizan los modelos deportivos de ambos productos, los Audi e-tron S y Audi e-tron S Sportback.
Puede que muchos de vosotros penséis que no tiene demasiado sentido un sistema propulsor eléctrico en un coche de tan grandes dimensiones. Además, también puede que no sea lo más lógico crear una variante deportiva, pues la autonomía se reducirá considerablemente si queremos extraer prestaciones. Sin embargo, siempre hay clientes que demandan productos que no siguen la lógica habitual. También tienen derecho, ¿no os parece?
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Hace unos meses, concretamente en febrero, Audi ya nos desvelaba unas primeras imágenes de unidades camufladas dándolo todo en el reportaje fotográfico. Y cuando digo dándolo todo, es que incluso se podían apreciar llamativas derrapadas en circuito. De hecho, cuentan con una especie de modo drift, en el que la electrónica y la vectorización de par permiten un deslizamiento controlado. ¿Sentido? Ninguno; pero “mola”. Antes de eso, repasemos rápidamente su estética.
Poca diferenciación estética, aunque no por ello dejan de ser llamativos
El diseño exterior de los Audi e-tron S y e-tron S Sportback viene con paragolpes específicos, pasos de rueda ensanchados, bordes cromados o en negro brillante, llantas de diseño deportivo y las inscripciones S. De todos modos, no es un coche que llame la atención por una estética muy agresiva en comparación con las variantes normales. Claro, aquí no tenemos las cuatro salidas de escape, ni reales ni tampoco simuladas.
Tampoco es que en el habitáculo hayan querido aplicar muchos cambios. Sí se aprecian