En un mundo en el que se estaba empezando a demonizar al diésel, comienza a cobrar más sentido que nunca gracias a diferentes tecnologías que consiguen reprimir su nociva contaminación. Esto nos lo demuestran marcas como Skoda, quien, pese a ofrecer como portento de deportividad a un Octativa híbrido enchufable, también ha sucumbido al diésel para animar a su berlina por excelencia. Y es que, tal y como sucedía en entregas anteriores, el Octavia RS estrena nueva versión de gasóleo ideada para esos clientes que buscan eficiencia y deportividad a partes iguales.
Esta fórmula también se está aplicando en otras filiales del Grupo Volkswagen, pero Skoda sabe cómo hacerla más accesible y modesta. Sin embargo, no por esto el Octavia RS diésel debe se convierte en una opción menospreciable, al contrario, puesto que el maridaje que ofrece hace que sea una alternativa plausible.
A nivel estético nos encontramos con la misma ornamentación que pudimos apreciar en el Octavia RS iV, es decir, un conjunto de detalles capaz de sacar a relucir el lado más picante de la berlina checa. A esto también ayudan unas llantas de 19 pulgadas y una suspensión rebajada en 15 mm, distancia que no solo mejora la apariencia del Octavia, sino que también se encarga de acentuar su comportamiento dinámico.
El habitáculo aprovecha para hacer gala de un generoso arsenal tecnológico que ya hemos visto en las variantes normales de este. Un cuadro de mandos digital de 10,25 pulgadas y una pantalla táctil de 10 pulgadas acaparan toda atención de la mano de unos asientos tipo backet que ayudan a remarcar aún más lo que implican las siglas RS de Skoda.
Sin embargo, el punto álgido de esta versión lo encontramos en su apartado mecánico, apartado que está ahora protagonizado por el conocido 2.0 TDI del Grupo Volkswagen. Dicho propulsor tetracilíndrico y sobrealimentado por turbo se encuentra en la tesitura de erogar 200 CV y 400 Nm de par, cifras que permiten que la berlina checa cubra el 0 a 100 km/h en unos nada despreciables 6,8 segundos. A esto debemos sumarle la presencia de una caja automática DSG de 7 relaciones y un sistema de tracción total en opción.
De esta forma, Skoda culmina la familia Octavia por todo lo alto, ofreciendo un conjunto de opciones capaces de abarcar un amplio abanico de clientes. De momento, desconocemos el precio de esta variante de la berlina checa, pero esperamos que se mantenga fiel a esa buena relación calidad-precio de la que siempre ha podido presumir la marca que le da cobijo.