La Fórmula 1 vuelve definitivamente a la normalidad con la tercera victoria de Mercedes, segunda de Lewis Hamilton y el retorno del británico al liderazgo del Campeonato del Mundo. En una carrera con un inicio relativamente caótico, el actual campeón mantuvo la calma y dejó que fueran los demás quienes tomaban riesgos y tenían dudas con la climatología mientras él tomaba las decisiones acertadas en el momento correcto. A su lado en el podio, Max Verstappen se sobrepuso a un grave error camino a la pista y Valtteri Bottas se recuperó de una mala salida para hacerse con la tercera posición.
La sesión clasificatoria había visto un gran rendimiento de los Mercedes, copando la primera fila con Lewis Hamilton en pole position y una ventaja de cerca de un segundo sobre los Racing Point con Lance Stroll por delante de Sergio Pérez, ambos con intenciones de sorprender a Valtteri Bottas en la salida. Tras ellos, Sebastian Vettel y Charles Leclerc enfrentaban una teórica buena carrera para ellos (teniendo en cuenta su situación) al partir desde la quinta y sexta posición. Por su parte, Carlos Sainz ‘solo’ podía ser noveno en parrilla en un fin de semana en el que nunca se acababa de encontrar cómodo.
El drama del Gran Premio de Hungría arrancó ya desde antes del inicio de la carrera con una salida de pista de Max Verstappen, que golpeó el muro y tuvo que llegar a su posición de parrilla con el frontal dañado. Con sospechas de posibles daños en la suspensión delantera del Red Bull del neerlandés, el trabajo del equipo para asegurarse que el coche estaba listo para el momento de la salida era crucial. Al final los mecánicos lograron cambiar la suspensión delantera izquierda del RB16 con apenas 20 segundos en el reloj antes del límite de