Gordon Murray está preparando algo muy serio. El padre del McLaren F1 está desarrollando un coche que estará dispuesto a medirse al resto de superdeportivos de las grandes marcas, y lo hará sin ningún pudor, sólo con la garantía de ser el heredero espiritual de uno de los coches que marcaron una época en la automoción.
El T.50 sigue su proceso de desarrollo para convertirse en un nuevo hito, y ya hemos vuelto a escuchar cómo suena su motor. Está vivo y su ronroneo en banco de pruebas ya promete ser un coche para el recuerdo.
T.50: una bestia sin limitaciones
En esta ocasión lo que hemos podido escuchar es a la configuración final del motor. El bloque desarrollado por los especialistas de Cosworth bajo las directrices de Murray es un V12 3.9 de aspiración natural, una configuración reservada exclusivamente a superdeportivos de pura raza y la época dorada de la Fórmula 1, a la que pertenece Murray.
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El vídeo publicado en redes sociales nos deja entrever al majestuoso propulsor al desnudo, anclado a un banco de potencia sobre el que se están realizando los primeros test. Unas pruebas que, de momento, sólo nos permiten escuchar al bloque rodando hasta las 1.500 revoluciones. Un aperitivo bastante insulso para un motor que promete llevar su línea roja hasta las 12.100 revoluciones: un giro más rápido que el de los motores de los