Abarth es la marca de FCA que apuesta decididamente (Alfa Romeo también lo hace en algunas versiones) por ofrecer productos deportivos con un componente emocional que, hoy por hoy, ningún fabricante de la competencia es capaz de alcanzar. Durante unos días, he tenido el gusto de conducir, gracias a FCA, el Abarth 595 esseesse que, en mi opinión, es el mejor Abarth que he probado hasta el momento. Se puede adquirir, sin descuentos ni promociones, desde 32.099 euros (consultar todos los precios).
Inspirado en el pasado
La denominación ‘esseesse’ de esta versión tan especial (para mí la más recomendable de la marca) es un guiño a los kits de preparación de Abarth de los años sesenta, desarrollados exclusivamente para mejorar las prestaciones de los vehículos de producción en serie.
En 1964 debutó el primer Abarth 595 esseesse, personalizado con la ayuda de un carburador Solex 34 PBIC y un colector de admisión especial, fundido en una sola pieza de aleación ligera con la tapa de la válvula, aumentando su potencia a 32 CV. En el exterior, el vehículo era reconocible por los anclajes de goma que aseguraban el capó en lugar del bloqueo habitual, reemplazado por el logotipo esmaltado de Abarth. En el interior, el «pequeño gran Escorpión» mostraba emblemas distintivos, con el monograma «SS» en letras mayúsculas en el capó y el maletero, y «esseesse» de forma extendida, en letras minúsculas, en el salpicadero. Y fue un éxito inmediato entre los entusiastas italianos de los coches deportivos.
Un éxito que se repitió en 2009 con el kit de transformación original «esseesse» para el nuevo Abarth 500 que apareció en 2008. Este kit aumentaba la potencia del motor a 160 CV y modificaba la configuración de la suspensión, con muelles rebajados Eibach, además de un sistema de frenos de mayor potencia y otros contenidos