El 18 de diciembre del año pasado se anunció de forma oficial la fusión del Grupo FCA y del Grupo PSA, dando como resultado una de las mayores multinacionales de fabricación y venta de coches. La fusión de ambos grupos es un proceso lento, burocrático y muy opaco que aún no se ha completado, pese a ir continuamente avanzando en dicha dirección. Uno de los puntos que faltaba aclarar era el nombre que la empresa resultante tendría. Grupo FCA-PSA suena poco glamouroso. Por ello, han decidido renombrar a esta gigantesca empresa como Stellantis.
Stellantis tiene su origen en la verbo «stello», que en latín significa algo como «brillar con estrellas». Lo cierto es que más que a una palabra del latín suena a nave espacial de ciencia ficción, a vacuna del Covid-19 o a crema antiarrugas. Personalmente me inclino por la ciencia ficción, ya que imagino el nuevo logotipo de Stellantis en el casco de una gigantesca nave destinada al viaje a otra galaxia. Fuera de bromas, Stellantis parece un nombre ligeramente pretencioso para un matrimonio empresarial nacido de la necesidad.
El nombre es futurista, innovador e incluso un poco de ciencia ficción. ¿Nos gusta, o no nos gusta?
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La alianza se ha hecho efectiva, PSA y FCA son ahora parte del mismo grupo …
La supervivencia de ambos consorcios automovilísticos dependía en gran parte de la concentración y la fusión entre fabricantes. ¿El objetivo? Sinergias en producción, comercialización y desarrollo de nuevos vehículos. Esta concentración ambos grupos ya la han practicado por su cuenta durante los últimos años. Por su parte, Chrysler incorporó a las marcas italianas del Grupo Fiat durante la crisis financiera del año 2008, y por su parte, el Grupo PSA asumió la