El mito del “barn find”, la fantasía de todo aficionado a los coches y especialmente a los clásicos. Encontrar un Ferrari Testarossa abandonado en una nave o granja y poder restaurarlo es el sueño de muchos.
Ratarossa, famoso entre otras cosas por empeñarse en encontrar el Ferrari F40 del hijo de Saddam Hussein (y consiguió con ayuda de internet), nos enseña en esta ocasión un nuevo hallazgo. Un Ferrari Testarossa aparcado en una calle de Puerto Rico durante 17 años. ¿Se acepta la expresión “street find”?
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El Ferrari Testarossa objeto de todos los deseos y descaradamente abandonado es un modelo de 1987, con tuerca central en las llantas y dos retrovisores (aunque los coleccionistas suelen preferir la versión original monospecchio, con el retrovisor situada en media del pilar A).
Con la ayuda de Abandoned Cars Puerto Rico, Ratarossa dio con el dueño. Éste compró el coche nuevo en los años 80 (pagando 250.000 dólares por él).
Durante unos años disfrutó del coche, pero al menos desde 2003, el Testarrossa estuvo a mercede del clima tropical de Puerto Rico: solano y aguaceros por igual que hacen que el Ferrari se cocinó al vapor durante más de una década.
Increíblemente, el coche está entero
Y a pesar de ello, el coche está completo y la mayoría de los desperfectos del coche son esencialmente cosméticos. Obviamente, el sistema eléctrico no habrá sobrevivido al paso del tiempo en esas condiciones y deberá