El Tesla Model 3 aterrizó a finales de enero de 2019 en el mercado noruego, el gran paraíso de los coches eléctricos en términos de ventas por habitante y el segundo en cifras absolutas, por detrás de Alemania. Pocos meses después, ya era el coche más vendido en el país nórdico. Un éxito abrumador que en 2020 se ha visto esfumado principalmente por dos motivos: el coronavirus y el Audi e-tron.
En lo que concierne al primero, el sector del automóvil tampoco se ha librado en Noruega de la crisis provocada por la pandemia, que se traduce en un desplome de las ventas de coches del 24,3% en el primer semestre del año en comparación con el mismo periodo de 2019, hasta las 59.224 unidades según los datos del Consejo de Información de Tráfico (OFV) de Noruega.
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Solo en lo relativo a los coches eléctricos, la caída ha sido de un 19%. Un guarismo aceptable ante la difícil situación del sector y mucho más contenido que el hundimiento de los vehículos diésel y gasolina, que han visto sus ventas reducidas a la mitad: un 53,4% los gasolina y un 42,9% los diésel.
La nota positiva la pusieron durante los primeros seis meses del año los híbridos enchufables, que, pese a todo, siguieron creciendo hasta mejorar un 37,5% sus ventas respecto al mismo periodo de 2019.
Un incremento que favoreció el avance de la electrificación del parque automovilístico de Noruega, donde las