Cada vez son más los fabricantes que están completando sus gamas con vehículos electrificados. Estos pueden ser eléctricos, híbridos e incluso Mild Hybrid entre otras opciones como los híbridos enchufables. Hoy nos vamos a centrar en los denominados como Full Hybrid o híbridos completos y los Mild Hybrid o micro híbridos. ¿Qué tecnología es mejor? Antes de ir más allá, vamos a explicar cómo es cada una de las opciones.
Un automóvil híbrido es capaz de arrancar y moverse utilizando, únicamente, energía eléctrica. Por el contrario, un vehículo Mild Hybrid cuenta con un sistema eléctrico que solo puede ayudar al motor de combustión, pero no permite su impulso de forma eléctrica.
En la actualidad, los modelos Mild Hybrid son aquellos que cuentan con motores eléctricos equipados en sustitución del alternador (P1) y alimentados a baja tensión; entre 12 y 48 voltios.
Sistema Mild Hybrid, ¿qué tiene de especial?
Como hemos comentado, los sistemas Mild Hybrid funcionan como un asistente del motor de combustión. A grandes rasgos, este tipo de tecnología resulta más sencilla, asequible y ligera en comparación con un híbrido completo o Full Hybrid.
Es importante destacar también que para los fabricantes es más asequible utilizar este tipo de tecnología ya que algunas plataformas como la MQB de Volkswagen permite la electrificación. Además, los sistemas Mild Hybrid cuentan con el 70% de los beneficios de los híbridos completos por un 30% del coste. Gracias a estos sistemas, se reduce alrededor de un 15% de CO2 de la media de las emisiones.
Sistema Híbrido, ¿cómo funciona?
Los modelos híbridos, por su parte, además de poder arrancar e iniciar la marcha de forma completamente eléctrica, permiten al conductor elegir la opción de conducción 0 emisiones. Normalmente, este tipo de vehículos ofrecen una autonomía pequeña. Estas cifras aumentarían si se tratase de un vehículo híbrido enchufable o PHEV. Esto es debido a que las baterías que utilizan los híbridos son pequeñas y la carga va fluctuando dependiendo del tipo de conducción. Esta tecnología no es nueva y es que lleva desarrollándose desde 1974.
Antes de nada, debemos saber que un coche híbrido cuenta con dos motores: uno eléctrico y otro de combustión. El automóvil utiliza o alterna ambas energías para conseguir desplazarse de la forma más económica. Además de contar con dos motores, tienen una o varias baterías y un generador que es capaz de transformar la energía cinética en eléctrica.
2020 es un año que será recordado, entre otros, por el extenso catálogo electrificado del que resulta necesario elegir los mejores SUV híbridos enchufables
Mild Hybrid o Full Hybrid, ¿cuál es mejor?
Los fabricantes de automóviles buscan el ansiado cumplimiento de las normas de emisiones. En este 2020, las marcas tienen que conseguir una media de 95 g/km de CO2 en toda su gama y adecuarse al ciclo de homologaciones WLTP.
Algunas fuentes aseguran que los Mild Hybrid son temporales, sobre todo ante la llegada de nuevos modelos eléctricos con mucha más autonomía y menos emisiones.
La elección entre un modelo Mild Hybrid y otro híbrido completo dependerá, sobre todo, del tipo de trayectos que vayas a realizar y del desembolso que quieras hacer. Es importante destacar que ambos sistemas de propulsión cuentan con el distintivo medioambiental ECO, por lo que se podrá circular por cualquier zona de las grandes ciudades y estacionar en los lugares reservados para este tipo de automóviles.
Los conductores de coches híbridos nunca notarán una posible pérdida de potencia ya que ambos propulsores se combinarán para que el vehículo sea ágil en cualquier momento. En el caso de necesitar un extra de potencia, permiten el uso del kick-down. ¿Qué es esto? Un margen que posee el acelerador que permite una subida rápida de revoluciones. Las desaceleraciones y las frenadas generarán energía eléctrica para recargar la batería. Tampoco nos podemos olvidar del ahorro en los mantenimientos ya que son menos y más asequibles. Al final, el que decides eres tú, y como hemos comentado, se tendrá que valorar el tipo de trayectos, inversión y el uso que se le vaya a dar al modelo en cuestión.