El lanzamiento comercial de la primera generación del Opel Mokka supuso un soplo de aire fresco para la casa alemana. Bajo el paraguas de su antigua matriz, General Motors, logró el reconocimiento que tanto merecía en el segmento de los B-SUV´s, uno de los más complicados del mercado. Sin embargo, su traspaso al Grupo PSA trajo consigo drásticos cambios y uno de ellos fue el cese de venta de la última versión de este modelo.
No obstante, los responsables del consorcio galo sabían que el Mokka no podía morir. Su reputación es elevada y por tanto debía regresar para satisfacer las demandas de los clientes. Sin embargo, tenían que resucitarlo con un nuevo planteamiento tecnológico y estético. Para ello se apoyaron en la plataforma e-CMP que ha servido para crear la versión eléctrica Mokka-e. Ahora llegan el resto de versiones térmicas para completar la gama.
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El Opel Mokka comparte mecánicas con su hermano Corsa
Como era de esperar, y ya anunciamos tiempo atrás, el nuevo Opel Mokka comparte gama con otros modelos del Grupo PSA. Así, las opciones disponibles giran en torno a un bloque gasolina perteneciente a la familia PureTech y un diésel BlueHDi. No obstante, Opel ha modificado su denominación comercial para adecuarlos al resto de opciones disponibles en la gama y distanciarse de sus primos de Citroën y Peugeot.
En gasolina, la versión de acceso corre a cargo del 1.2 Turbo con 100 CV de potencia. Como versión prestacional figura el mismo bloque con un rendimiento final de 130 CV. En gasóleo las posibilidades se limitan a una única versión con 1.5 Diésel y turbo que entrega 110 CV de potencia. Todas las versiones cuentan con tracción al eje anterior y las transmisiones disponibles son de dos tipos, manual de 6 velocidades o automático de 8 velocidades.renderAd(,36166);
Tabla comparativa motorizaciones
En esta tabla podéis