La gama Audi Q5 amplía la familia con un nuevo miembro: el Q5 Sportback. Se repite así la «fórmula» utilizada en el Audio Q3, que también tiene su correspondiente versión con carrocería de estilo coupé, el Audi Q3 Sportback. Como el Audi Q5, el Q5 Sportback se fabricará en la factoría de la marca en San José Chiapa, México. La llegada al mercado está prevista para mediados de 2021.
Techo descendente, estilo más deportivo
Con la misma base técnica que el Audi Q5, el Q5 Sportback se distingue estéticamente por una zaga con el techo descendente que le otorga ese aire coupé, y algunos cambios de diseño. Conserva la distancia entre ejes de 2,82 metros, mientras que la longitud apenas varía 7 mm, para alcanzar los 4,69 metros. No se reduce la altura de la carrocería, que sigue siendo de 1,66 metros. Y tampoco la anchura. Audi sí anuncia un coeficiente aerodinámico ligeramente más favorable, de 0.30.
Más allá de la forma del techo, el Q5 Sportback también incluye una parrilla Singleframe específica y entradas de aire laterales y paragolpes con un diseño diferente. Como en el Audi Q5, los grupos ópticos traseros recurren a la tecnología OLED digital, que permite diferentes diseños de luz y de las animaciones que realizan al abrir o al cerrar el coche. También añade la función de alerta para avisar al conductor de otro coche que se aproxime a menos de dos metros por la parte trasera cuando el Q5 está detenido.
Se ofrecerán 12 colores para la carrocería y acabados de pintura de contraste, así como y las mismas posibilidades de personalización que en el Audi Q5, incluyendo los faros Matrix LED, las líneas exteriores advanced y S line o el paquete de estilo negro.
El interior del Audi Q5 Sportback
La principal diferencia entre el Audi Q5 Sportback y el Audi Q5 es la menor altura libre para la cabeza en las plazas traseras debido a la forma descendente del techo, que también hará algo más incómodo el acceso a las mismas. Audi mantiene la banqueta trasera plus, que permite regular la distancia para las piernas de los pasajeros y ajustar la inclinación de los respaldos.
La capacidad del maletero es de 510 litros, aumentando hasta los 1.480 litros si se pliegan los asientos y se aprovecha la altura hasta el techo. En el caso del Audi Q5, estas cifras son de 550 y 1.550 litros, respectivamente. Con la banqueta trasera en su posición más adelantada, el Q5 Sportback ofrece 570 litros.
Motores: TDI, TFSI y TFSIe híbridos enchufables
Al igual que en el Q5, el Q5 Sportback se lanzará al mercado con el motor 2.0 TDI de 4 cilindros de la versión 40 TDI, asociado a un cambio S tronic de doble embrague y a la tracción total quattro con tecnología ultra. La potencia es de 204 CV, y alcanza un par máximo de 400 Nm. Está equipado con sistema de hibridación ligera MHEV, por lo que le corresponde la etiqueta ECO de la DGT. Para reducir las emisiones de óxidos de nitrógeno, cuenta con inyección doble de Adblue.
Más adelante, tras el lanzamiento, se irá completando la gama con una nueva variante de 2.0 TDI, con dos versiones del 2.0 TFSI de gasolina, y con el SQ5 Sportback. No faltará el TFSIe híbrido enchufable, del que habrá dos versiones de potencia.
Digital y conectado
En cuanto a conectividad, controles, multimedia o asistentes a la conducción, el Audi Q5 Sportback es equivalente al recientemente actualizado Audi Q5. Esto implica la adopción de la tercera generación de la plataforma modular de infoentretenimiento que utiliza Audi, lo que permite la máxima digitalización. Las versiones superiores podrán contar con la variante más avanzada de la instrumentación digital Audi virtual cockpit, que alcanza las 12,3 pulgadas de diagonal en su pantalla.
Para el MMI Navegación plus, la pantalla de la consola central alcanza las 10,1 pulgadas, y los distintos sistemas de asistencia al conductor se organizan en los ya habituales paquetes denominados City y Tour, el primero orientado a la conducción en ciudad y recorridos interurbanos, y el segundo para mejorar la experiencia, el confort y la seguridad en largos viajes.
A destacar el control de crucero adaptativo, que permite controlar temporalmente de forma automática la aceleración, los frenos y la dirección para mantener el coche en el carril. El conductor apenas tiene que tocar ligeramente el volante capacitivo para que el coche reconozca que permanece «alerta», y el sistema siga funcionando.