La nueva generación del Hyundai i20 ya está entre nosotros. Respecto a su predecesor el salto cuantitativo y cualitativo es exponencial, dejándolo varios años atrás. Cuando llegue a las salas de exposición los clientes lo tendrán muy difícil para no resistirse a sus encantos. Pero además, para evitar que puedan mirar a la competencia, la casa asiática ha previsto una serie de versiones y acabados que disiparán cualquier tipo de duda sobre su utilitario.
El primer paso llega encarnado por el Hyundai i20 N Line. Esta terminación, con connotaciones deportivas, no es nueva para la gama del fabricante. La prueba está en que hace escasos días han presentado en sociedad a la última entrega del Sonata N Line. Con todo, se situará en la gama como el paso lógico, e intermedio, entre las versiones más mundanas y el esperado «N». Si te gusta y quieres saber qué aporta, sigue leyendo porque te convencerá.
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El Hyundai i20 N Line ofrece una apariencia dinámica y deportiva
A nivel estético el Hyundai i20 N Line sigue el lenguaje de diseño «Sensuous Sportiness». Pero además, para enfatizar su concepto racing, aporta algunos detalles deportivos. Así, debemos fijarnos en el nuevo formato de su paragolpes delantero adornada por una discreta línea en tono gris. En la parte superior está la elegante parrilla negra en cascada donde han insertado el logo N Line para remarcar ante qué versión estamos.
La zaga del i20 N Line también presenta detalles deportivos. Se aprecia en la moldura N Line acabada en tono gris. El paragolpes trasero es de líneas sencillas, contrastando con el porta placas negro mate o el difusor acabado en gris brillante. La luz anti niebla trasera ocupa la zona baja (quizá no sea el mejor sitio) y tiene forma de triángulo. Por último el sistema de escape con silenciador doble