La fusión entre el Grupo PSA y el Grupo FCA está provocando que corran ríos de tinta. El nacimiento del que será el cuarto fabricante de coches del mundo ha puesto en prevención a todos los constructores del sector. Y no solo a ellos, sino también a todas las autoridades que, en teoría, deben velar por la buena marcha de la economía. Por ello, la Comisión Europea teme que Stellantis acapare gran parte del mercado de los vehículos industriales.
Es por esta razón que a toda prisa están buscando la forma de reescribir el acuerdo sin que el mercado comunitario se vea afectado por esta situación de privilegio. El problema es que las deliberaciones se mantienen bajo secreto, aunque cada pocos días surgen ciertos datos que nos sirven para saber en qué punto están. Uno de los últimos apuntan a que ya podría existir una solución, aunque todavía parece que no tendría el visto bueno.
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El Grupo PSA se ofrece a incrementar la producción del Toyota ProAce
Según varias fuentes, entre las que está Reuters, el Grupo PSA habría trasladado una solución a la oficina anti competencia de la Unión Europea. Al parecer, para diluir su cuota de mercado entre los industriales estaría dispuesta a asumir dos situaciones. La primera, incrementar la producción de las furgonetas que monta para su socia Toyota. De esta forma, la japonesa podría vender más unidades al año y mejorar su penetración.
Este hecho beneficia a la fábrica que el consorcio galo tiene en Sevelnord, al norte de Francia. Esta instalación está gestionada por ellos y Toyota, teniendo como modelos principales a los ProAce, Traveller y SpaceTourer. En segundo lugar, estaría el hecho de aceptar vender sus industriales a un precio cercano al de coste. Con esta medida asegurarían que su beneficio se mantiene en niveles similares al de sus