El Brexit está provocando que todos los fabricantes de coches, con intereses en Reino Unido, cambien sus planes. Uno de los que más se juega con la marcha del país anglosajón de la Unión Europea es BMW Group. La razón es muy sencilla y conocida por todos: Mini es una de las firmas insignia del sector automovilístico inglés. Por tanto, este abandono de la zona de comercio común hará, con seguridad, mucho daño a sus balances económicos.
Con el paso de los años la gama de Mini ha ido creciendo hasta situarse donde está hoy día. Su oferta aún es fiel a sus orígenes, aunque la fuerza de los SUV´s está haciendo que sus planes viren hacia ese rumbo. De hecho, el modelo que mayor porcentaje acapara en su mix de ventas pertenece a este segmento. El Mini Countryman es uno de los productos más versátiles y amplios de cuanto ofrece y por tanto su viabilidad futura debe estar asegurada.
renderAd(,44162);
El nuevo Mini Countryman saldrá de Leipzig en 2023
Teniendo en cuenta su peso específico, BMW quiere controlar la producción y rendimiento económico del Mini Countryman. Hasta ahora su manufactura ha corrido a cargo de los especialistas de VDL Nedcar. A priori, esta empresa nada tiene que ver con Reino Unido, pero su contrato vencía con la actual generación y por tanto, en BMW debían decidir qué hacer con el próximo. Y la solución ha sido sencilla: no renovar el contrato y asumirla ellos.
El segundo paso de esta decisión es obvio. En lugar de incrementar la capacidad del centro que tienen en Oxford han decidido llevarlo a otra fábrica ubicada en el continente. Siguiendo el refranero español, «no han querido poner todos los huevos en la cesta de Reino Unido», y más cuando se juegan el futuro de su modelo más popular. Por