La fiebre SUV es un hecho, y ni siquiera la electrificación está cambiando la tendencia de esta moda por los coches con aires de todoterreno. ¿o sí? En los últimos lanzamientos que hemos conocido estamos encontrando cierto regusto añejo, y es que sin razón aparente estamos encontrando como cada vez más marcas de coches están volviendo al diseño monovolumen, disfrazado eso sí bajo la etiqueta «crossover», pero con líneas maestras imposibles de ocultar. Y ahí amigos, es cuando una vez más descubrimos que el incomprendido Fiat Múltipla podía ser feo, pero ninguno como él para para entender la importancia de aprovechar bien un habitáculo.
Los fabricantes vuelven a preocuparse por ofrecer el máximo espacio interior, y ahí el monovolumen es imbatible
Hemos de recordar que los orígenes del SUV están en un concepto que buscaba aunar lo mejor del monovolumen y el todoterreno tradicional, dando como resultado un coche más polivalente, más atractivo en proporciones, pero a la postre un coche capaz de encajar en las exigencias – que no necesidades – de un grueso número de compradores. Su éxito es tal que prácticamente ningún segmento del mercado se libra de su presencia, siendo además los culpables de la desaparición de numerosos modelos, entre ellos los antaño exitosos monovolúmenes que también vivieron su momento de frenesí comercial.
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Pero si nos centramos en el momento actual, la presencia de monovolúmenes en el mercado ha caído de forma estrepitosa, y eso que siguen siendo imbatibles en espacio interior y disfrutan de atractivos precios dada su escasa demanda. Con el paso de los años los SUV han mejorado lo suficiente para poder camuflar sus carencias en tanto al aprovechamiento del espacio interior, haciéndose fuertes en las categorías de mayor demanda y encontrando un catálogo de modelos cada vez más amplio.