El mundo de los relojes es un mundo que está muy asociado al mundo del motor. Entre los relojes de gama alta encontramos joyas de la mecánica, con movimiento automático y un fascinante funcionamiento técnico. La fascinación por tener una pequeña joya mecánica en nuestra muñeca nos lleva a muchos a gastar auténticos dinerales en relojes, en muchas ocasiones, inspirados en el mundo del motor. Pero como siempre, hay excesos, y hay horteradas. Es el caso de los Tourbillon de Jacob & Co. Geneve, inspirados en el Bugatti Chiron. El dinero no compra el buen gusto.
Antes de nada, quiero dejar claro algo. Bajo ningún concepto dudo del nivel de calidad, la exquisitez de los materiales empleados, o de la artesanía de precisión de Jacob & Co. Pero el resultado final, aún siendo técnicamente impresionante, dista mucho de mi ideal de reloj de lujo. En plata, son una mayúscula horterada. Y puedes pensar que lo digo porque ni en sueños podría permitirme un reloj así, pero no es el caso. Ni en sueños puedo permitirme un Bugatti Chiron, y lo considero un verdadero «tour de force» a nivel tecnológico y estético.
Su movimiento automático consta de la friolera de 578 piezas y un funcionamiento tipo tourbillon.
Estos Tourbillon están inspirados en el Bugatti Chiron, y estos relojes de lujo automáticos cuentan con piezas inspiradas en el hiperdeportivo francoalemán. Por ejemplo, cuentan con un indicador de reserva de marcha que simula la aguja de combustible de un coche, y en su esfera pueden incluso verse «amortiguadores» como soportes del armazón. Los relojes también tienen un cigüeñal funcional, y a ese cigüeñal están conectados 16 pistones en un esquema de uve doble, que se mueven – de forma intrincada y fascinante – mientras el reloj tiene reserva de marcha.
Estos relojes son ediciones especiales