Ver nacer a un nuevo fabricante de coches es algo ilusionante que siempre gusta a los fanáticos de las cuatro ruedas. Cierto es que la atomización del sector roza lo hilarante, pero a mayor competencia mejores productos podemos disfrutar los clientes. El problema llega cuando una firma consolidada pasa por apuros económicos y su futuro pende de un hilo. Esto mismo, por mucho que duela, es lo que le está pasando a la surcoreana SsangYong.
Si hacéis un poco de memoria tiempo atrás os contamos que Mahindra se estaba planteando su participación en SsangYong. A día de hoy el conglomerado hindú controla el 74,65 por ciento de las acciones de la firma con sede en Seúl. Sin embargo, la crisis del Coronavirus ha provocado que su situación se complique bastante. Tanto, que no han podido hacer frente a la deuda que tenían comprometida con tres grandes entidades financieras.
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Mahindra anunció tiempo atrás que buscaba nuevos socios para SsangYong
Y qué creéis que ha sucedido en vista de la situación. Sencillo: SsangYong Motor Company ha solicitado la protección por impago o lo que es lo mismo el Apoyo a la Restauración. ¿Y esto qué significa? Pues básicamente que se declara en suspensión de pagos para intentar renegociar sus deudas y establecer un plan de viabilidad. Si en unos tres meses no llegan a un acuerdo con los acreedores la situación dará un paso más crítico.
De llegar a este punto un administrador concursal se hará cargo de la empresa. ¿Recordáis lo que le pasó a Saab y Rover? Pues, si nadie lo remedia antes, los activos menos valiosos saldrán a concurso para obtener dinero. Tras ello pagarán las deudas y si hay capacidad reactivar las operaciones para volver a la actividad. Vamos, con esta protección esperan alcanzar el mismo fin que General Motors cuando casi