A lo largo de este último año la Inspección Técnica de Vehículos, la ITV, ha tenido que afrontar numerosos retos derivados de la propagación de la COVID-19 y los diferentes confinamientos y restricciones que se han establecido para hacer frente a la pandemia. Las ITV, como otros muchos establecimientos, tuvieron que cerrar durante meses; las autoridades definieron una moratoria para aquellos conductores que, durante ese tiempo, asistieron al vencimiento de la ITV de su coche; y en la reapertura las ITV tuvieron que lidiar con una afluencia muy alta de conductores, listas de espera e incluso problemas para dar cita a todos los conductores cuya ITV había vencido. ¿Pero por qué no evitar la visita a la ITV y dejar que otro la pase por ti?
La importancia de la ITV de tu coche
La ITV ejerce un servicio público esencial, asegurándose de que los vehículos con los que compartimos la carretera lo hacen en condiciones técnicas de seguridad. La ITV es por lo tanto una garantía, de que tu coche está en condiciones seguras y de que los coches con los que compartes la carretera también hacen lo propio.
Es cierto que las ITV suponen un coste para el conductor, pequeño si tenemos en cuenta todos los costes asociados a la compra, mantenimiento y utilización de un automóvil. También existe la preocupación por una posible ITV desfavorable. Pero estaréis conmigo en que todos estos problemas son un mal necesario, cuando de lo que se trata es de asegurar que los coches que circulan por las carreteras españolas lo hacen en unas condiciones de seguridad mínimas. También está el problema de conseguir cita para la ITV, acudir al centro de inspección, y llevar a cabo todos los trámites. ¿Pero por qué no dejar que otro pase la ITV de nuestro coche?
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