El Ford Model T ha sido y es considerado uno de los primeros automóviles modernos. Es posiblemente el coche más importante de la historia en varios aspectos, sobre el que se han escrito tesis mucho más profundas que este artículo. Movilizó a EE.UU. y fue el primer coche construido en una cadena de montaje móvil, con soluciones productivas que aún se usan hoy día. Se decía que todos los Ford Model T estaban disponibles en cualquier color, mientras ese color fuera el negro. Un mito que desmontamos, y que lleva años dando lugar a equívocos.
Henry Ford sí pronunció dichas palabras
Henry Ford fue el padre del automóvil tal y como lo conocemos hoy en día. Cuando diseñó y produjo los primeros Model T, tenían un precio aproximado de 825 dólares. Los coches de la época eran vehículos de lujo construidos con técnicas de carrozado tradicional, y su coste medio era de unos 4.000 dólares. Ford tenía una visión muy clara para su negocio: movilizar a toda América reduciendo el precio de los automóviles. Y para reducir el precio de los automóviles debía reducir su coste al máximo.
15 millones de Ford Model T fueron producidos entre 1908 y 1927. En sus 19 años de vida, el coche apenas sufrió cambios.
Ford lo tenía muy claro, y llegó a obsesionarse con la reducción de costes. La cadena de montaje móvil fue uno de los primeros avances introducidos en sus fábricas, incrementando enormemente su productividad. Un aumento de sueldo para sus empleados – el famoso salario de 5 dólares diarios – les permitió costearse su primer coche, retroalimentando la demanda. El precio del Model T en 1927 había bajado a 260 dólares. Uno de las frases que Ford mencionó en el año 1909 – y que aparece recogida en su autobiografía «My Life