El ser humano se ha acostumbrado a vivir entre pantallas: TV, smartphone, tablet, electrodomésticos, soportes publicitarios… Y esta tendencia se ha visto reflejada en los coches: el mundo digital forma parte de nuestras vidas y queremos que el automóvil proporcione los mismos niveles de tecnología intuitiva y conectividad que un smartphone.
La industria del automóvil al principio ha ido a remolque de las innovaciones de los avances de la electrónica de consumo, pero poco a poco va poniéndose a su altura. Desde la inclusión de la primera pantalla digital en un coche -un pequeño reloj-, hasta el actual sistema de pantallas del Porsche Taycan (que puede incorporar hasta cinco de grandes dimensiones, táctiles y hápticas), la evolución ha sido brutal, sobre todo en la última década.
Primero llegaron las grandes pantallas en la consola central, que se hicieron táctiles y se diseñaron al estilo tablet; después, la instrumentación tras el volante también se convirtió en pantalla; y ahora, ambas se integran y se extienden hacia la zona del copiloto hasta cubrir todo el salpicadero.
El siguiente paso es extender esas pantallas a las lunas del vehículo – con los sistemas Head up display de proyección de imágenes en el parabrisas como pioneros de esta tendencia- a medida que la conducción automatizada vaya descargando al conductor de la función de conducir y le permitirá centrar su atención en otras cosas mientras circula en su coche. Estas son las novedades que van a llegar a corto plazo en este terreno.
Pantallas cada vez más grandes
Las pantallas del interior de los coches seguirán creciendo de tamaño. EL próximo BMW iX equipará una gran pantalla de 14,9 pulgadas ligeramente curvada que ocupará la zona de la instrumentación y de la consola central. Aún más grande es la pantalla 3D curva del Cadillac Lyriq SUV, con una diagonal de