Llama la atención. Es lo que pienso cuando me dirijo a recoger el Renault Arkana que voy a probar en su presentación a los medios. Gustará más o menos, pero es llamativo. Desde luego, lo es en el color Naranja Valencia de la unidad que conduciré, pero también en el color Negro Sport que veo en las fotos de catálogo que me pasan desde Francia.
Y en esas ando, mientras pienso que el Renault Arkana que probaré lleva la motorización de acceso a la gama, el microhíbrido de 140 CV, en su versión R.S. Line. El microhíbrido de 160 CV no llegará hasta septiembre, y antes, en junio, la versión híbrida de 145 CV, que monta el mismo motor que el Clio E-TECH.
¿Veremos una versión híbrida enchufable del Renault Arkana? Peut-être, porque la plataforma lo admite, pero por el momento a Renault no le interesa añadir más masa al conjunto, así que ahí se queda la cosa. También esta plataforma permite tracción a las cuatro ruedas, y eso quizá sí que lo veamos en un futuro.
Llama la atención, decía, porque exhibe un rombo como emblema. Si creías que el trabalenguas «SUV coupé C» era representativo de Audi, BMW o Mercedes, Renault ha decidido saludarte con una oferta insólita en una marca generalista, sonriendo y anunciando que si quieres un SUV coupé C, puedes tenerlo.
Y tiene sentido que ofrezcan este producto. Los SUV C se están llevando un 55 % de ventas del segmento C —segmento líder desde hace más de una década, y hoy con un 39,8 % del total—. Y la tendencia es ascendente. De 2019 a