Durante los últimos años, los SUV son los modelos preferidos por los compradores de vehículos en España, alcanzando cifras por encima del 50 por ciento de las ventas. El segmento en el que milita el Renault Arkana, el de tamaño medio o compacto, representa más del 25 por ciento del mercado.
El nuevo modelo, que se fabrica en Busan, en Corea del Sur, tiene una longitud de 4,57 metros y una altura de 1,57 metros, ofrece capacidad interior holgada para cinco ocupantes y un volumen de maletero que alcanza los 513 litros en las versiones microhíbridas y de 480 litros en las variantes híbridas E-Tech. Puede llegar hasta 1.500 litros si se abaten los respaldos traseros, que están configurados en formato 40:60, dejando un piso completamente plano.
La gama estará compuesta por tres versiones dotadas de etiqueta ECO, todas apoyadas en la electricidad, en variantes microhíbridas o híbridas. No está prevista la comercialización de versiones híbridas enchufables o eléctricas puras. De momento arranca la comercialización de las versiones TCe con microhíbridas 1.3 de 140 CV, en el mes de junio las E-Tech híbridas de 145 CV, mientras que el 1.3 TCe con microhíbrido de 160 CV no llegará hasta el mes de octubre.
Aunque el modelo no es completamente nuevo, pues ya en 2018 se lanzó para el mercado ruso, los responsables de la marca aseguran que sólo comparte con éste un 5 por ciento de las piezas, ya que, ahora, el Arkana se basa en la plataforma modular CMF-B de la Alianza, empleada también en las últimas generaciones de Clio y Captur, y no en la SUV-B que era la utilizada anteriormente para el Dacia Duster.
Diseño llamativo
Podrá gustar más o menos, pero no pasa inadvertido, pues el Arkana presenta una línea inédita en la marca de silueta SUV con perfil coupé. Permite una utilización familiar con un diseño diferente, que no resta espacio interior o de carga. Ofrece una destacable distancia al suelo de 200 mm, muy superior a lo que se estila en el segmento, una línea de cintura elevada y una línea de techo muy descendente. La parrilla delantera muestra embellecedores y detalles conocidos en otros modelos del grupo, con las clásicas ópticas led diurnas y pilotos posteriores que continúan la forma lumínica hacia el centro del portón posterior.
Se ofrece en siete colores de carrocería, con un específico Naranja Valencia exclusivo de la versión RS Line. Entre sus opciones destaca la posibilidad de pintura bicolor con techo negro y tres diferentes llantas en medidas de 17 y 18 pulgadas.
El acabado RS Line refuerza el aspecto deportivo con algunos detalles característicos, aparte del color específico, también por algunos elementos de terminación cromada o lacada en negro de la carrocería. Sus paragolpes son diferentes, así como las llantas «Silverstone» adornadas con detalles en color rojo. Una placa identificativa RS Line en las aletas caracteriza a esta versión, mientras que se ofrece un paquete opcional de colores para las protecciones delantera y trasera, moldura inferior de las puertas, techo en negro y alerón en negro brillante sobre la base del portón.
En el interior se distingue con paneles de puertas y salpicadero acabado en símil carbono, un embellecedor rojo, volante en cuero y tapicería mixta en cuero y Alcantara. También suma pedales de aluminio, palanca de velocidades con mando eléctrico y levas en el volante. Como en los últimos productos de la marca, ofrece un cuadro de instrumentos digital con una pantalla a color de 4,2”, 7” o 10,2 pulgadas y pantalla central de 7 o 9,3 pulgadas con múltiples funciones.
Las plazas delanteras son amplias y cómodas, mientras que las traseras destacan por su espacio longitudinal y gran espacio para colocar los pies bajo las banquetas delanteras. El acceso detrás no es especialmente cómodo –debido a la caída descendente del techo-, aunque, una vez dentro, ofrece una amplia cota de altura, mucho espacio para las piernas y destacable espacio para los pies bajo los asientos delanteros. Precisamente en este tema conviene destacar que, incluso en la posición más baja de la banqueta del conductor, queda bastante alta respecto al suelo.
Ayudas a la conducción
Lógicamente el Renault Arkana incorpora una batería de sistemas de seguridad y ayudas a la conducción de última hornada, como el asistente de conducción, que combina el regulador de velocidad adaptativo -de 0 a 170 km- con la asistencia de mantenimiento de carril y función de parada y arranque automática, la frenada activa de emergencia con detección de peatones y ciclistas, el sistema de cambio automático de luces, detección de ángulo muerto, reconocimiento de señales de tráfico, ayuda al aparcamiento, etc. Más adelante se ofrecerá también un sistema de visión 360º con cuatro cámaras.
Entre su dotación se incluye sistema de recarga por inducción para smartphone, freno de estacionamiento eléctrico con función auto-hold, cuatro tomas USB y conectividad 4G con TomTom Live compatible con Android Auto y Apple CarPlay.
Todos los motores ECO
Una apuesta decidida en el modelo es que todas las versiones gozan de la etiqueta ECO de la DGT, pues no hay ninguna versión con motor diésel ni tampoco híbridos enchufables o eléctricos puros. De momento se pone a la venta la versión microhíbrida conocida en el Clio, en versión de 140 CV. Cuenta con un motor gasolina 4 cilindros turbo 1.3 TCe al que añade un sistema alternador-motor de arranque asociado a una batería de iones de litio de 12v adicional y acoplado a una caja automática de doble embrague EDC de 7 relaciones.
Permite regeneración de energía en fases de desaceleración y apagar el motor de combustión en las fases de frenado. Gracias a este dispositivo promete una reducción de consumo de carburante y emisiones en torno al 8 por ciento y mayor suavidad en el arranque del motor térmico. Dispone de un par de 260 Nm disponible entre 1.750 y 3.500 rpm, valor significativo para un motor de tan baja cilindrada.
Ofrece tres modos específicos de conducción: My Sense para conducción diaria, ECO para un consumo de combustible optimizado y Sport para mejorarlas prestaciones. Se puede personalizar la configuración de la pantalla digital en función de los ajustes Multi-Sense con tres modos disponibles y modificar las preferencias, los ambientes de iluminación, etc.
Cómodo y eficaz
Durante la toma de contacto hemos tenido la oportunidad de conducir la versión 1.3 TCe microhíbrida de 140 CV en acabado RS Line que, como citábamos anteriormente, dispone de un equipamiento y unas especificaciones algo diferentes, ya que es la única que cuenta con levas en el volante. Curiosamente, las levas permiten manejar las relaciones de una “forma manual” un poco particular, pues una vez que se actúa para bajar una marcha, si se pisa el pedal del acelerador, el cambio pasa inmediatamente a modo automático; es decir, no tiene una función real manual. Al menos, en esta terminación sí se puede “actuar” de alguna forma sobre el cambio, pues en los acabados Intens o Zen, que también incluyen el sistema de cambio EDC de siete velocidades, no es posible modificar la gestión del cambio.
Otro aspecto que nos ha llamado la atención es la elevada altura de la carrocería, con 200 mm al suelo. Resulta muy superior a lo que ofrecen otros fabricantes de este tipo de vehículos. Sin embargo, en el Arkana no está prevista la comercialización de versiones de tracción total ni sistemas de gestión de tracción, tipo Grip control.
Por altura libre al suelo sí hay una destacable aptitud offroad, pero en materia de tracción no se contempla ni siquiera un apoyo eléctrico en el eje trasero. No parece la vocación principal del modelo, pero sí resulta llamativa la altura de la carrocería.
En cualquier caso, el comportamiento que proporciona es bueno, con una pisada sólida incluso al circular sobre firmes degradados. Las suspensiones, tirando a blandas, filtran bien a la vez que contienen las oscilaciones de la carrocería en fuertes cambios de apoyo y la dirección transmite suficiente información de lo que ocurre bajo las ruedas delanteras, es precisa y rápida.
En el apartado del motor hay que destacar que cumple con brillantez para tratarse de un 1.3 aunque esté mínimamente apoyado por un motor-generador eléctrico, pero si se quiere sacar buen partido de él requiere girar a altas revoluciones, en cuyo caso se ven afectadas las cifras de consumo. Si se utiliza con criterio es posible lograr unas cifras de consumo razonables, que pueden oscilar en el entorno de los 6,5 litros a los 100 km.
Su relación entre prestaciones, espacio, calidad y precio nos parece realmente buena.