¿Hasta dónde sería capaz de llegar un fabricante de automóviles para tratar de transmitir su compromiso con lo que algunos vienen denominando la nueva movilidad? La noticia bomba de la semana llega de Estados Unidos. Una nota de prensa publicada, sospechosamente, antes de tiempo, y próxima a una efeméride aún más sospechosa, ha desatado la controversia. Volkswagen quiere transformarse en Voltswagen. O al menos eso es lo que debería suceder en Estados Unidos si nos atenemos a la información publicada por la división norteamericana de Volkswagen estos días y las informaciones que, desde entonces, están aportando algunos medios.
Imágenes del prototipo Volkswagen ID.BUZZ.
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Volkswagen se transforma en Voltswagen
Este lunes se habría publicado en el portal de prensa de Volkswagen of America, aparentemente por error, un comunicado en el que se anunciaba que Volkswagen pasaría a llamarse a partir de ahora Voltswagen, en una clara alusión a su estrategia para con el vehículo eléctrico. Recordemos que en los últimos años Volkswagen, y el resto de las marcas del grupo automovilístico alemán, han iniciado el proyecto más ambicioso, y costoso, de su historia, para acometer una transición hacia el coche eléctrico que ha previsto el lanzamiento de 70 nuevos modelos eléctricos y vender 22 millones de coches eléctricos en la próxima década. Objetivos que han ido revisándose, al alza, en los últimos años.
La transformación de la marca, y su nombre, de Volkswagen a Voltswagen, pretendería ser un paso adelante más para transmitir al público el compromiso de la marca y, por qué no decirlo, hacer borrón y cuenta nueva, y olvidar las cuitas del pasado, como el escándalo de los diésel que precisamente se destapó en Estados Unidos y que tanto afectó a la imagen de la marca a ambos lados del Atlántico.
La teoría de la broma
La noticia resulta