La etiqueta de clasificación ambiental de la DGT lleva entre nosotros unos cuántos años. Desde entonces, ha servido para discriminar a los vehículos por su potencial contaminante – hace referencia a su normativa anticontaminación – así como por su tipo de propulsión. Las etiquetas no son de colocación obligatoria a nivel nacional: la matrícula de cada coche está ligada a su distintivo ambiental en una base de datos informatizada. Ahora bien, colocarla de forma incorrecta o no llevarla colocada en algunas ciudades puede ser motivo de sanción.
¿La llevas mal colocada? Pueden multarte, pero no cómo piensas
Como os decíamos en la introducción, no existe norma nacional que obligue a la colocación de la etiqueta de la DGT en nuestros vehículos, ya que un fichero informático puede decir a los agentes qué etiqueta tiene nuestro coche. De hecho, los sistemas automáticos de cámaras que controlan los accesos a las zonas de bajas emisiones de Madrid y Barcelona son lectores de matrículas, asociadas a dicha base de datos digital. La colocación física de la etiqueta es una forma de ayudar a los agentes de la autoridad, de ponerles las cosas más fáciles.
El gran error de la DGT: comunicar el etiquetado de los coches por fecha de matriculación
En estos momentos la mayor parte de los que leéis Diariomotor seguro que está…
Lo mismo ocurre si colocas pegatinas o vinilos que cubran alguno de los vidrios del coche.
La recomendación oficial de la DGT es que debemos llevar la etiqueta colocada en la esquina inferior derecha de nuestro parabrisas, adherida en su parte interior. El motivo no es casual: es la zona en la que menos mermará nuestra visibilidad hacia fuera del vehículo. Y es entonces cuando llegan los disgustos: colocar la etiqueta de la DGT en cualquier otra posición supondrá una merma de nuestra