Los fans de Fernando Alonso terminaron muy preocupados el Gran Premio de la Emilia Romagna después de que el piloto asturiano tuviese un rendimiento muy bajo, reconocido hasta por él mismo. La sesión de clasificación de Portugal solo sirvió para aumentar los nervios, pero en carrera todo cambió.
Alonso pudo remontar desde la mala posición en la que había clasificado con un ritmo de carrera portentoso que le llevó hasta la octava posición, y a rebufo de su compañero de equipo, Esteban Ocon. El bicampeón del mundo de Fórmula 1 se marcó algún adelantamiento precioso por el camino, y mostró el hambre de antaño por radio.
La clasificación y la primera vuelta, siguientes detalles a pulir
Alonso ya había demostrado en los entrenamientos libres que tenía un ritmo muy bueno. El Alpine resurgió en Portimao de forma inesperada, porque también Ocon estaba cómodamente en la zona noble. Sin duda, el coche era valedor de estar en la Q3, pero Alonso falló en la clasificación, y eso fue un jarro de agua fría.
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Ocon no sufrió para superar la Q2, pero Alonso se quedó decimotercero y a 0,8 segundos del francés. Es la segunda mala clasificación del asturiano, que parece que aún no es capaz de sacarle todo el