El Gobierno pretende extender el pago por uso a todas las vías de alta capacidad (y a todos los usuarios) a partir de 2024, una medida sobre la que la DGT ya se ha manifestado rotundamente a favor. Un modelo basado en «el que usa paga» y que, pese a que en España puede sonar revolucionario, está extendido en otros países europeos.
De hecho, Albania, Estonia, Islandia, Finlandia, Letonia, Lituania, Luxemburgo y Ucrania, son los únicos países con un sistema de carreteras libre, mientras que Alemania, Bélgica, Dinamarca, Países bajos y Suecia, a pesar de tener un sistema gratuito, la circulación por algunos puentes o túneles tiene un coste para sus usuarios.
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¿Y qué ocurre en los países vecinos? ¿Cómo funciona el sistema de peajes, por ejemplo, en Portugal? Pues es un modelo que bien podría sentar las bases del futuro peaje para España.
El Ejecutivo luso comenzó hace una década la transformación paulatina de la conocida como red SCUT (o sem custo para o utilizador, sin coste para el usuario) a fin de revertir su delicada situación tras el estallido de la crisis económica.
Como resultado, el gran grueso de las autopistas portuguesas cuentan con un sistema de peaje que afecta a todos los ciudadanos independientemente del tipo de vehículo que conduzcan, si bien existen cuatro tipo de tarifas según las características