Cuando una nueva tecnología llega a un sector, sea el que sea, necesita de un periodo de maduración. Esto es necesario, ya que de no ser así podría provocar problemas de fiabilidad en los productos a los que se aplique. Amén de que no sería todo lo barata y rentable que debiera para que su viabilidad sea posible. Esto es lo que sucede con la electrificación del sector del automóvil, aunque el ritmo de los acontecimientos es mucho más rápido…
Si echamos la vista atrás, podemos trazar una línea temporal para registrar los grandes hitos alcanzados por los vehículos eléctricos. Tesla fue la firma que marcó un punto de inflexión, aunando autonomía, prestaciones y rapidez de carga. Con todo, hay un pequeño problema que los ingenieros de las marcas están tratando de solucionar: el peso de las baterías. Y este es el principal escollo al que se estarían enfrenando los chicos de Caterham…
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Este hipotético Caterham Seven EV mantendría un peso bajo para no perder su esencia deportiva
Y os preguntaréis ¿Por qué Caterham tiene este problema? Muy sencillo, porque tendrían entre manos el desarrollo de una versión eléctrica del Seven. Si hacéis memoria, la última vez que hablamos de la firma inglesa fue hace hace unas semanas. En concreto, debido al cambio de manos que ha experimentado su capital social. Ahora está bajo la tutela de VT Holding, una de las empresas de importación que se encargaba de llevar sus coches a Japón.
El caso es que su matriz quiere de Caterham de un paso al futuro. Su última novedad fue el Super Seven 1600 que debutó en sociedad hace ahora un año. El problema es que, sobrevivir con este producto es complicado y más cuando sus rivales de Lotus lanzarán nuevos modelos y, sobre todo, apostarán por la movilidad eléctrica. Así es