Alfa Romeo y Lancia, Lancia y Alfa Romeo. Estas dos firmas son las que más titulares han copado desde que se supo que FCA y PSA se fusionarían. Sí, porque una y otra enseña están atravesando un profundo bache del que no saben cómo salir. Ahora que están bajo la tutela de Stellantis las cosas podrían cambiar, pero no son las únicas de las que debemos hablar. ¿Nadie se acuerda ya de Abarth? Eso parece, pero debemos recordar que aún está viva…
Y decimos aún porque, aunque Carlos Tavares lo ha negado por activa y pasiva, no parece que vaya a tener un plan de viabilidad. Según el CEO de Stellantis, todas las marcas tendrán una oportParunidad y la disolución de la casa del escorpión no parece estar entre sus planes. No en vano, la presentación del Abarth 1000 SP one-off ha suscitado más dudas que certezas. Sobre todo, porque rinde homenaje a un modelo que vio la luz en el año 1958.
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El Abarth 1000 SP one-off esconde bajo su piel un Alfa Romeo 4C
Para poneros en antecedentes históricos del Abarth 1000 SP one-off, os vamos a resumir su historia. La casa del escorpión y la del biscione colaboraron en la segunda mitad de la década de los años 50 para crear un automóvil deportivo y ligero que ofreciera una excelente relación entre peso y potencia. El proyecto fue comandado por el ingeniero milanés Mario Colucci y se materializó en el año 1958 con el Abarth 1000 SP (Sport Prototype).
Sus huesos eran un chasis de acero tubular vestido con una carrocería diseñada por Franco Scaglione y fabricada por Bertone. Para moverse recurría a un propulsor gasolina heredado del Giulietta Sprint Veloce ubicado en posición central. ¿Su potencia? 105 CV que, aunque parezcan pocos, le ayudaba a alcanzar una velocidad máxima de