El Gobierno ha presentado ‘España 2050. Fundamentos y propuestas para una Estrategia Nacional de Largo Plazo’, un extenso documento en el que recoge los retos que debe afrontar el país en los años venideros y cómo hacerlo. Y entre las soluciones propuestas están subir el impuesto a los combustibles, y crear un nuevo impuesto por el uso real del vehículo en lugar de otras figuras impositivas actuales como el impuesto de matriculación.
El plan, que en palabra de Pedro Sánchez es un proyecto para decidir «qué país queremos ser dentro de 30 años», aboga por transformar la movilidad con el objetivo de reducir en dos millones de toneladas las emisiones procedentes del sector transporte español para 2050.
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Un objetivo que pasa por «desarrollar una estrategia intersectorial que facilite la creación del ecosistema que requiere el automóvil eléctrico», asegura el Ejecutivo. Y para lograrlo las patas esgrimidas como esenciales son: fomentar la fabricación de este tipo de vehículo en nuestro territorio; impulsar la producción, reutilización y reciclaje de baterías; e incrementar los puntos de recarga rápida e incentivando la compra de estos vehículos, teniendo en cuenta las posibles implicaciones distributivas de este tipo de ayudas.
Un primer paso esencial en este camino se ha dado con el plan de levantar la primera fábrica de baterías en España