¿Cómo no perder capacidades todoterreno y ser, al mismo tiempo, eficiente? Para responder a esta pregunta Jeep escogió para el Jeep Wrangler el camino intermedio entre la hibridación y la electrificación: el Jeep Wrangler 4xe, es decir, la versión híbrida enchufable de su todoterreno que hoy conocemos un poco más en profundidad antes de que llegue a los concesionarios en junio.
No es una misión sencilla puesto que el Jeep Wrangler 4xe es el primer 4×4 puro PHEV. Un desafío para el que la marca norteamericana pretende extraer lo mejor de esta tecnología para aplicarlo a la conducción todoterreno. ¿Cómo tiene planeado lograrlo? Con un planteamiento sencillo.
Jeep ha logrado que las cotas se mantengan a pesar de su condición de híbrido enchufable: son, prácticamente, las mismas que tiene el resto de la gama. El Jeep Wrangler 4xe cuenta con una altura libre al suelo de 27,4 centímetros y una profundidad de vadeo de 76 centímetros. En cuanto a los ángulos, el de ataque es de 43,8, el ventral es de 22,5 y el de salida es de 35,6.
El sistema híbrido enchufable
Cuenta el Jeep Wrangler 4xe con un motor gasolina 2.0 Turbo de 4 cilindros (270 CV y 400 Nm), un alternador/generador eléctrico (44 CV y 53 Nm) conectado directamente al cigüeñal a través de una correa y un motor/generador eléctrico (134 CV y 245 Nm) situado entre el térmico y la caja de cambios automática de ocho relaciones. La potencia de este conjunto es de 374 CV a 5.250 rpm y el par máximo es de 637 Nm a 3.000 rpm.
Estos motores se pueden combinar de dos maneras a la hora de ponernos en marcha: el de gasolina y el eléctrico de forma conjunta o en paralelo encargándose por sí solos de mover el vehículo. A ellos se une una batería