Aunque no lo parezca, las rotondas están diseñadas para facilitar el flujo de tráfico en las intersecciones entre carreteras y reducir el número de accidentes. El olvido de la reglamentación por parte de los conductores las ha convertido, sin embargo, en un peligroso punto de conflictos. Por ello, la Dirección General de Tráfico ha vuelto a explicar las 3 reglas para hacer bien las rotondas.
A la hora de circular nos podemos encontrar con diferentes tipos de glorietas: sea cual sea su tipología, todas se rigen por las mismas normas que hay que respetar para preservar nuestra economía (nos pueden sancionar con una multa de 200 euros) y, sobre todo, la seguridad vial. No en vano, el desconocimiento es una de las principales causas de los accidentes que tienen lugar en las rotondas. De la mano de la DGT sacamos los apuntes de la autoescuela para poner fin al olvido.
¿Quién tiene la prioridad en una rotonda, el coche, o el ciclista?
La Dirección General de Tráfico sigue considerando la protección de los má…
1. Respetar la prioridad
Cuando llegas a una rotonda debes ceder el paso a los vehículos que ya están dentro porque la prioridad es suya: si ignoras el primero de los tres pasos entorpecerás la circulación y, además, puedes provocar un accidente. El resto de las normas que rigen un cruce se mantienen, es decir, el coche de la derecha siempre tendrá preferencia de paso sobre nosotros.
2. Señalizar el cambio de carril
Junto al volante hay unas palancas que sirven para accionar los intermitentes, esa parte de nuestro coche que sirve para comunicarnos con el resto de conductores indicándoles cuáles son nuestras intenciones y próximos movimientos. Su papel es esencial en las rotondas: tendrás que señalizar cualquier cambio de carril y la salida de la misma. Hazlo con antelación y mantén cierta