Con el paso del tiempo el paisaje urbano se ha ido modificando. Vehículos y peatones han dado la bienvenida a otras formas de movilidad y hay una que está destacando por su relevante crecimiento: las bicicletas. Las hay compartidas, con un pequeño motor, clásicas, de montaña, de carretera, fixie… y autónomas. Sí, tu próxima bicicleta podría ser eléctrica, autónoma y sabrá aguantar el equilibrio sola.
Desde el siglo XIX, científicos e ingenieros han intentado explicar la estabilidad de estos vehículos. Desde el punto de vista técnico, una bicicleta podría sostenerse por sí sola aunque para hacerlo, su centro de gravedad debe estar dentro de sus puntos de contacto con el suelo… que se reducen a dos: las ruedas. Y cuando estas comienzan a moverse, la historia cambia.