Hasta bien entrado el nuevo milenio, allá por el año 2005, era frecuente poder comprar «simples» versiones tres puertas de cualquier urbano o compacto, una carrocería que prácticamente estaba presente en cualquier modelo del mercado, desde un Audi A3 hasta un Volkswagen Golf, pasando por un Renault Mégane, SEAT Ibiza, Opel Corsa o Citroën C4.
En la mayoría de esas ocasiones se trataban de carrocerías que permanecían prácticamente inalteradas a sus homólogas de cinco puertas con la salvedad de contar con unas puertas de dimensiones más generosas para facilitar el acceso a la fila posterior, y en otras existía una clara diferenciación, como es el caso del Audi A3 (3p) y A3 Sportback (5p) de segunda generación o del Renault Mégane Berlina (5p) y Renault Mégane Coupé (3p) de tercera generación, entre otros.
SEAT Ibica SC con carrocería tres puertas de la anterior generación.
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Cada vez son menos demandadas las carrocerías tres puertas, y por tanto, menor el abanico de opciones
Sin embargo, a día de hoy el compacto y urbano de tres puertas es un rara avis, una especie en peligro de extinción que ha pasado a la historia, al igual que en su momento pasaron los monovolúmenes, pero a una escala mayor. ¿Sabrías citar algún modelo que siga ofreciéndose con ambas carrocerías? Hasta la tercera generación del SEAT León era posible comprar un tres puertas llamado SC, lo mismo sucedía con la anterior generación Ibiza, pero a día de hoy existen pocas opciones más allá del MINI, el Ford Fiesta o todeterenos como el nuevo Land Rover Defender o el aclamado Jeep Wrangler.
Ahora bien, ¿por qué ya no se venden coches tres puertas? Pues bien, cada marca habrá elaborado sus propios estudios con una serie de razones bien fundadas para eliminar esas carrocerías de sus dilatados portfolios,