El mes de junio cerró con un total de 172.696 unidades, que representó una fuerte caída del 18,1% respecto a junio de 2020. Esta caída se produce a pesar de que hace un año, las fábricas estaban todavía retomando el ritmo de producción tras el parón por la pandemia. Comparado con datos prepandemia, la caída es de un 33,8% respecto del mismo mes de 2019.
En el primer semestre, se han fabricado 1.205.577 unidades, lo que supone un incremento del 26,1% respecto del mismo periodo en 2020 pero que, frente a un año prepandemico como es 2019, todavía registra un fuerte descenso del 21,6%.
La crisis de materias primas se mantiene por sexto mes y provoca una fuerte caída
La escasez de microchips, principal razón de la caída que se prolonga ya desde finales de 2020, está golpeando de especial manera a la producción de vehículos, tanto a escala nacional como europea. Los centros de producción se están viendo obligados a retrasar la fabricación y a efectuar medidas especiales como la suspensión temporal de las líneas de producción hasta que la falta de semiconductores se vea resuelta. Las previsiones indican, sin embargo, que el ritmo de fabricación de estos componentes no se ajustará a la demanda del sector de automoción hasta el primer semestre de 2022.
De igual modo, aunque los principales mercados en Europa están logrando mejorar sus ritmos de ventas, todavía se sitúan muy por debajo de las registradas en 2019, lo que provoca que la demanda del vehículo “made in Spain” baje. Durante el último mes, mercados como Francia (-13,6%), Alemania (-15,7%), Italia (-13,3%), Reino Unido (-16,7%) o Portugal (-25,2%) siguen registrando cifras negativas en comparación con el mismo periodo de 2019, aunque demuestran una mejor evolución que el mercado interno (-25,8%) que sigue siendo el que mayor caída registra. Este